Israel recibió el sábado 17 de octubre de 2025 el cuerpo del último rehén israelí entregado por Hamas. Tras la identificación oficial, autoridades israelíes y la Cruz Roja anunciaron los detalles y reiteraron que el proceso de entrega de los restos de los cautivos sigue siendo prioritario en medio de la tensa situación en Gaza.
Antecedentes del conflicto
En el marco de la guerra en Gaza, Hamas mantuvo a decenas de rehenes israelíes desde octubre de 2023. A lo largo de 2024 y 2025, ambas partes negociaron la entrega de cuerpos a través de la Cruz Roja, pero los avances fueron lentos y acompañados de acusaciones mutuas de incumplimiento.
Identificación del cuerpo
17 de octubre de 2025 la Cruz Roja informó que el cuerpo de un rehén israelí había sido entregado en la zona de la frontera sur de Gaza. Las autoridades médicas israelíes, lideradas por el Instituto de Medicina Forense, confirmaron la identidad mediante pruebas de ADN y datos biométricos suministrados por la familia del cautivo. El nombre del fallecido, David Levi, 32 años, fue divulgado por el Ministerio de Defensa israelí.
Reacciones de Israel y la comunidad internacional
El primer ministro israelí calificó la entrega como “un paso humanitario necesario pero insuficiente” y reiteró que el Estado seguirá presionando a Hamas para que cumpla con el compromiso de devolver todos los cuerpos. Por su parte, la organización humanitaria señaló que la entrega se realizó bajo estrictas garantías de seguridad y pidió que se acelere el proceso para evitar más sufrimiento a las familias.
Próximos pasos
Según fuentes de la Cruz Roja, están programadas nuevas rondas de entrega en las próximas semanas. Israel ha advertido que, de persistir las demoras, considerará retomar operaciones militares para garantizar el cumplimiento del acuerdo. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue llamando al cese de hostilidades y al respeto de los convenios de guerra.
Contexto humanitario
Desde el inicio del conflicto, más de 1.200 cuerpos de rehenes israelíes permanecen sin ser repatriados. La falta de información ha generado una profunda angustia entre las familias, que depende de la labor de los organismos de derechos humanos para obtener respuestas.