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Trump propone túnel submarino EE.UU.-Rusia y Zelensky lo descarta

El expresidente estadounidense Donald Trump mostró interés en construir un túnel submarino que una Alaska con la península de Chukotka, en Rusia. La propuesta, considerada surrealista, fue rechazada por el presidente ucraniano Volodímir Zelensky, quien la calificó de inaceptable. El debate ha reavivado discusiones sobre infraestructuras estratégicas y relaciones geopolíticas en el Ártico.

Antecedentes del polémico proyecto

Durante una entrevista concedida en febrero de 2024, Donald Trump manifestó su entusiasmo por un túnel submarino que conectara la costa de Alaska, EE. UU., con la península de Chukotka, Rusia, cruzando el estrecho de Bering. La idea, que recordó a los conceptos de Elon Musk y su empresa The Boring Company, buscaba crear una vía de transporte de carga y pasajeros bajo el hielo ártico.

Reacción de la Casa Blanca y del presidente Zelensky

Si bien la propuesta despertó curiosidad en algunos círculos empresariales, la respuesta oficial del Gobierno de EE. UU. fue cautelosa, señalando la necesidad de estudios de viabilidad y el respeto a la normativa internacional. Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, emitió un comunicado en marzo de 2024 rechazando la iniciativa, argumentando que cualquier proyecto que involucre a Rusia debía alinearse con los intereses de seguridad europea y no podía ser impulsado sin la participación de la comunidad internacional.

Reacciones internacionales y propuestas de terceros

El debate adquirió una nueva dimensión cuando el fondo soberano ruso instó a Elon Musk a considerar la construcción del túnel, destacando el potencial económico para la región ártica. Medios como La Nación, Infobae y El Periódico cubrieron la historia, subrayando la mezcla de expectativas tecnológicas y tensiones diplomáticas.

Expertos en infraestructura y geopolítica señalaron que, aunque técnicamente viable en el futuro, el proyecto enfrenta desafíos enormes: costos estimados en decenas de miles de millones de dólares, condiciones climáticas extremas y la necesidad de acuerdos bilaterales que incluyan a Estados Unidos, Rusia y, potencialmente, a Canadá.

Conclusiones

El túnel submarino entre EE. UU. y Rusia sigue siendo una idea más simbólica que práctica, ilustrando cómo la retórica de figuras públicas puede impulsar discusiones sobre infraestructuras estratégicas. Mientras tanto, la postura firme de Zelensky refuerza la importancia de la seguridad regional en cualquier proyecto de magnitud similar.