Los cepillos de dientes albergan millones de bacterias y hongos que pueden afectar tu salud bucal. Conoce los métodos científicos para limpiarlos, cuándo reemplazarlos y cómo almacenarlos correctamente para evitar la proliferación microbiana.
¿Por qué el cepillo es un caldo de cultivo?
Estudios recientes han confirmado que un cepillo de dientes típico acumula entre millones y cientos de millones de microorganismos tras cada uso. Las cerdas retienen restos de comida, saliva y, en consecuencia, bacterias como Streptococcus mutans y hongos del género Candida, generando un ambiente propicio para su multiplicación.
Métodos eficaces de desinfección
Los expertos en odontología recomiendan seguir estos pasos después de cada cepillado:
- Enjuague abundante con agua tibia para eliminar residuos visibles.
- Desinfección semanal sumergiendo el cepillo 30 segundos en enjuague bucal con alcohol (al menos 15 % de alcohol) o en una solución de hidrógeno peróxido al 3 %.
- Uso de bicarbonato de sodio: colocar la cabeza del cepillo en un vaso con una cucharada de bicarbonato y agua tibia ayuda a neutralizar olores y reducir la carga bacteriana.
Almacenamiento que evita la recontaminación
Para que el cepillo se seque y no retenga humedad:
- Colocarlo en posición vertical, sin tocar otras superficies.
- Evitar cubrirlo con tapas o en cajones cerrados, pues la falta de ventilación favorece el crecimiento de hongos.
¿Cada cuánto hay que cambiarlo?
La recomendación estándar es reemplazar el cepillo cada tres meses. Además, en los siguientes casos es imprescindible cambiarlo antes:
- Después de una enfermedad respiratoria o gastrointestinal.
- Si las cerdas se ven desgastadas, dobladas o deshilachadas.
- Cuando el cepillo emite mal olor persistente, a pesar de la desinfección.
Impacto en la salud bucal
Un cepillo limpio contribuye a reducir la incidencia de caries, gingivitis y bad breath. Mantener prácticas de higiene oral adecuadas, combinadas con un cepillo en óptimas condiciones, potencia los beneficios del uso del hilo dental y los enjuagues antimicrobianos.