El expresidente estadounidense Donald Trump ha tomado la polémica decisión de derribar la histórica ala este de la Casa Blanca, con el objetivo de erigir un lujoso salón de baile. La medida, anunciada esta semana, ha generado protestas de conservadores del patrimonio y ha levantado interrogantes sobre el financiamiento privado del proyecto.
Orden de demolición y motivaciones
El 20 de octubre de 2025, Donald Trump, quien sigue ejerciendo influencia política a través de su fundación y la Trump Organization, ordenó la destrucción de la ala este del edificio oficial de la presidencia estadounidense. Según reportes de DW, la demolición forma parte de un ambicioso plan para crear un salón de baile donde se realicen eventos de alto nivel y reuniones internacionales.
Financiamiento del proyecto
Los medios británicos BBC indican que el costo del nuevo salón será cubierto exclusivamente por donaciones privadas, aportes de la propia Trump Organization y posibles inversores extranjeros, sin recurrir a fondos federales. La falta de transparencia sobre los montos exactos ha alimentado críticas de grupos fiscalizadores.
Reacciones y controversia
Conservadores del patrimonio histórico, encabezados por la National Trust for Historic Preservation, han denunciado la medida como una amenaza al valor cultural de la Casa Blanca. El New York Times señala que la demolición ya ha comenzado, con máquinas de obras trabajando en el área este del complejo.
El contexto de las renovaciones de Trump
Este es el quinto proyecto de gran envergadura impulsado por Trump en la Casa Blanca, según La Nación. Anteriores reformas incluyeron la remodelación del ala oeste, la creación de una zona de prensa modernizada y la instalación de nuevos sistemas de seguridad. Cada una de estas obras ha sido acompañada de un debate público sobre la preservación versus la modernización.
Comparaciones arquitectónicas
El futuro salón de baile ha sido comparado por CNN en Español con los lujosos espacios del Caesars Palace de Las Vegas y el histórico Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, enfatizando la intención de combinar el esplendor del entretenimiento con la solemnidad de la sede presidencial.