El tipo de cambio en Argentina sigue enfrentando una fuerte presión al acercarse al techo de la banda cambiaria, a pesar de la polémica megaintervención liderada por el estratega financiero Scott Bessent. Mientras el Tesoro de EE.UU. inyectó cerca de 500 millones de dólares en el mercado local, la expectativa de estabilización se mantiene pendiente.
Contexto del mercado cambiario
En los últimos días el dólar oficial argentino ha rondado los niveles superiores de la banda cambiaria establecida por el gobierno, lo que genera inquietud entre inversores y consumidores. El “techo” de la banda representa el límite máximo permitido para la cotización oficial y, al acercarse a él, se activan mecanismos de intervención.
Megaintervención de Scott Bessent
El reconocido gestor de fondos Scott Bessent anunció una intervención de gran envergadura con el objetivo de contener la apreciación del dólar. La operación consistió en la compra masiva de bonos y activos locales, una medida que buscaba reforzar la liquidez y reducir la presión sobre la divisa.
Acción del Tesoro de EE.UU.
Simultáneamente, el Tesoro de Estados Unidos vendió cerca de USD 500 millones en el mercado argentino para abastecer la alta demanda de dólares. Esta inyección de divisas busca amortiguar la volatilidad y evitar un despegue brusco del tipo de cambio.
Apoyo externo y extensión del esquema cambiario
Con la ayuda de mecanismos externos, el esquema cambiario vigente logró mantenerse activo un día adicional, prolongando temporalmente la estabilidad de la cotización oficial.
Percepción del mercado
Analistas y medios locales describen la intervención como “brutal” y destacan la intensidad de la acción del Tesoro estadounidense en la capital porteña, señalando que se trata de una de las respuestas más firmes del gobierno de EE.UU. frente al riesgo de una escalada del dólar.
Perspectivas
Si bien la medida de Bessent y la venta de dólares por parte del Tesoro han frenado momentáneamente la escalada, el tipo de cambio sigue bajo presión y el horizonte de estabilidad depende de la evolución de la política cambiaria interna y de la capacidad de los mercados para absorber la liquidez adicional.