Un estudio genético internacional revela que una variedad de bacterias, combinadas con el hambre y el frío, fueron la causa principal de la devastadora pérdida de la Grande Armée durante la campaña rusa de 1812, desmintiendo la antigua hipótesis del tifus como principal responsable.
Un nuevo análisis del ADN de los soldados napoleónicos
Un equipo de investigadores liderado por científicos argentinos, en colaboración con expertos de Alemania y Rusia, analizó el ADN de los restos de una docena de soldados de la \’Grande Armée\’ exhumados en los campos de batalla de la retirada de 1812‑1813. Utilizando técnicas de metagenómica de última generación, identificaron un abanico de bacterias patógenas que probablemente contribuyeron al alto número de muertes.
Qué bacterias se encontraron
Entre los microorganismos detectados se hallaron Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Clostridium perfringens y rastros de Yersinia pestis, la bacteria responsable de la peste. La presencia simultánea de varios patógenes sugiere coinfecciones que, en un contexto de desnutrición extrema y temperaturas bajo cero, habría sido letal.
El papel del clima y la hambruna
Los investigadores subrayan que el frío intenso y la escasez de alimentos debilitaron el sistema inmune de los soldados, creando un escenario ideal para que las infecciones bacterianas se propagaran rápidamente. Así, el tibio de la hipótesis tradicional –el tifus como único culpable– queda desplazado por una visión más compleja donde la combinación de factores biológicos y ambientales explica la catástrofe.
Relevancia histórica
El estudio, publicado en 2024 en la revista Scientific Reports, aporta una pieza clave para entender uno de los episodios más trágicos de la historia militar europea. Además, muestra el potencial de la arqueogenética para esclarecer hechos históricos a través de la evidencia biológica.