El joven prodigio de 18 años, Lamine Yamal, se vio envuelto en un acalorado episodio dentro del vestuario del Real Madrid cuando, minutos antes del clásico, se le acusó de sustraer objetos personales de compañeros y de lanzar una frase que encendió la pasión del madridismo. El incidente provocó reclamos, disculpas y una intensa cobertura mediática.
El incidente que encendió la discusión
En la tarde del 23 de octubre de 2025, durante la preparación del equipo para el enfrentamiento contra el Barcelona programado para el 27 de octubre, varios jugadores del Real Madrid denunciaron que Lamine Yamal hubiera tomado objetos personales de sus compañeros sin autorización. Según testigos, la situación derivó en un intercambio verbal donde Yamal utilizó una frase que, según los medios, “encendió al madridismo”.
Reacciones dentro del equipo
El vestuario se tornó tenso. Algunos jugadores expresaron su molestia y pidieron que se devolvieran los objetos sustraídos, mientras que otros defendieron al joven subrayando su inexperiencia y la presión del momento. El entrenador Carlo Ancelotti, presente en la sala, pidió calma y recordó la importancia de la unidad antes del gran duelo.
Declaraciones públicas
En la rueda de prensa posterior al entrenamiento, Yamal intentó aclarar los hechos, admitiendo que hubo un malentendido y que no había intención de robar. Sin embargo, la frase que pronunció – “¡Nosotros también queremos el clásico!” – fue interpretada por la afición como un desafío directo al rival y generó un aumento de la tensión entre ambos campamentos.
Contexto del jugador
Lamine Yamal, formado en La Fábrica, debutó con el primer equipo en la temporada 2024‑2025 y se ha consolidado como una de las grandes promesas del club. Su ritmo y habilidad han llamado la atención de la selección española sub‑21, pero su juventud también lo ha expuesto a situaciones de alta presión mediática.
Impacto en el clásico
Aunque el incidente no ha afectado la alineación oficial anunciada para el 27 de octubre, ha elevado las expectativas y la carga emocional del partido. Los aficionados madrileños siguen pendientes de cualquier novedad, mientras que en el Camp Nou se vigila de cerca la posible respuesta del conjunto catalán.