El cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar descubierto, realizará su paso más cercano a la Tierra en diciembre de 2025. NASA ha activado su protocolo de defensa planetaria y científicos de todo el mundo analizan su extraña cola y la hipótesis de un origen artificial, sin que exista riesgo de impacto.
¿Qué es el cometa 3I/ATLAS?
3I/ATLAS es el tercer objeto interstellar identificado, descubierto en enero de 2022 por el proyecto ATLAS (Asteroid Terrestrial‑Impact Last Alert System). Su trayectoria hiperbólica confirma que proviene del espacio interestelar, al igual que los cometas ‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
Próximo acercamiento a la Tierra
Los cálculos de la JPL (Jet Propulsion Laboratory) indican que el cometa cruzará la órbita de la Tierra a una distancia mínima de 0,04 AU (aproximadamente 6 millones de km) el 13 de diciembre de 2025. En esa fecha será visible a simple vista en cielos del hemisferio norte y aparecerá como un núcleo brillante con una larga coma.
Respuesta de la NASA
Ante la proximidad del objeto, la agencia espacial estadounidense activó su protocolo de defensa planetaria. Se han puesto en marcha observaciones con telescopios terrestres y espaciales para monitorear cualquier cambio inusual en la actividad del cometa.
Características inesperadas
Durante los últimos meses, astrónomos han registrado una serie de fenómenos extraños: la cola del cometa ha invertido su dirección, muestra una morfología fragmentada y su brillo ha variado de forma abrupta cuando se acercó al Sol. Estos hechos han generado preguntas sobre su composición.
¿Origen artificial?
Algunos investigadores han planteado la hipótesis de que 3I/ATLAS podría ser un objeto de origen no natural, basándose en su comportamiento atípico. Sin embargo, la comunidad científica insiste en que no existen pruebas concluyentes y que la explicación más probable sigue siendo una composición volátil poco común.
Conclusiones
El paso del cometa 3I/ATLAS será una oportunidad única para estudiar un visitante interestelar de cerca, sin representar amenaza de colisión. Los observatorios de todo el planeta continúan recopilando datos que podrían aclarar su naturaleza y, potencialmente, ofrecer nuevas pistas sobre la materia que viaja entre sistemas estelares.