Ir al contenido
Portada » Descubren cómo una gota de lágrima puede diagnosticar enfermedades oculares y cerebrales

Descubren cómo una gota de lágrima puede diagnosticar enfermedades oculares y cerebrales

Un conjunto de investigaciones internacionales revela que el análisis de una simple gota de lágrima permite identificar, de forma temprana y no invasiva, trastornos del ojo y del cerebro, abriendo una nueva era en la medicina personalizada y la detección precoz de enfermedades neurodegenerativas.

El líquido que habla

Las lágrimas, más allá de su función de lubricación, contienen una compleja mezcla de proteínas, lípidos, metabolitos y microARN que reflejan el estado fisiológico del organismo. Investigadores de distintas instituciones han demostrado que estos componentes actúan como biomarcadores capaces de señalar alteraciones tanto en la salud ocular como en la neurológica.

Avances científicos recientes

En 2023, un estudio publicado en la revista Science Translational Medicine describió cómo la concentración de ciertas proteínas inflamatorias en lágrimas diferenciaba pacientes con glaucoma de sujetos sanos con una precisión superior al 85 %.

Otro trabajo liderado por la Universidad de California, San Diego, mostró que la presencia de la proteína tau fosforilada en lágrimas se correlacionaba con etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer, ofreciendo una alternativa menos invasiva que la punción lumbar.

Aplicaciones prácticas

Los resultados abren la puerta a dispositivos portátiles que, mediante un pequeño sensor, analicen una gota de lágrima y entreguen resultados en minutos. Estas tecnologías podrían incorporarse en consultas oftalmológicas rutinarias, permitiendo la detección precoz de patologías que, de otro modo, sólo se diagnosticarían en etapas avanzadas.

Retos y futuro

Aunque prometedor, el uso clínico masivo aún enfrenta desafíos: estandarizar los métodos de recolección, validar los biomarcadores en poblaciones amplias y garantizar la privacidad de los datos biológicos. Sin embargo, la comunidad científica avanza rápidamente, y se espera que los primeros prototipos comerciales lleguen al mercado antes de 2026.