En las semanas previas a las elecciones, el peso argentino cayó más de un 30% frente al dólar, convirtiéndose en la moneda con mayor depreciación del año. La incertidumbre política, la alta inflación y la fuga de capitales agudizan una crisis cambiaria que ya muestra signos de endurecimiento.
Contexto preelectoral y caída del peso
Durante el periodo previo a las elecciones presidenciales, el peso argentino se depreció más del 30% frente al dólar. Este fuerte descenso refleja la percepción de mayor riesgo político y económico que afecta la confianza de los inversores.
El peso, la moneda más castigada del año
Según datos de Infobae, el peso es la moneda con mayor caída a nivel mundial en lo que va del 2025, superando a otras divisas emergentes.
Factores que alimentan la devaluación
- Incógnita electoral: La falta de claridad sobre las políticas futuras genera volatilidad en los mercados.
- Déficit fiscal elevado: El déficit estructural mantiene la presión sobre el tipo de cambio.
- Alta inflación: La inflación continúa en niveles de dos dígitos, erosionando el poder adquisitivo.
- Fuga de capitales: Los argentinos siguen convirtiendo pesos en dólares y otras divisas para proteger su patrimonio.
- Tipo de cambio oficial y mercado paralelo: La brecha entre ambos se amplía, motivando mayor actividad en el mercado informal.
Intervenciones y respaldos externos
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Reserva Federal de EE.UU. acordaron un swap de liquidez que brinda al BCRA acceso a dólares, pero la medida no ha detenido la caída del peso.
Además, la intervención del gestor de inversiones Scott Bessent busca estabilizar la moneda, sin embargo, los flujos de salida continúan.
Perspectivas a corto plazo
Los analistas señalan que, mientras persista la incertidumbre electoral y no se implementen medidas fiscales estructurales, el peso podría seguir bajo presión. Se espera que la volatilidad se mantenga alta hasta la publicación de los resultados electorales.