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Rusia prueba con éxito el misil nuclear Burevestnik y aumenta los ataques nocturnos a Kiev

Rusia confirmó la exitosa prueba del nuevo misil de crucero con propulsión nuclear, conocido como Burevestnik, mientras intensifica los bombardeos nocturnos sobre Kiev. El anuncio, hecho el 26 de octubre de 2025, marca un avance tecnológico crítico y una escalada del conflicto en Ucrania.

Prueba exitosa del misil Burevestnik

El presidente Vladimir Putin anunció que el misil de crucero nuclear Burevestnik fue probado con éxito el 26 de octubre de 2025. Según fuentes oficiales rusas, el misil alcanzó su objetivo a una distancia de varios cientos de kilómetros, demostrando la capacidad de operar con una fuente de energía nuclear que le otorga mayor autonomía y velocidad.

Características técnicas

El Burevestnik combina un motor de propulsión nuclear con una cabeza nuclear de alta potencia, lo que le permite volar a altitud baja y eludir sistemas de defensa antimisiles tradicionales. Se estima que su rango supera los 1.000 kilómetros y su velocidad supera los Mach 5.

Intensificación de los ataques nocturnos sobre Kiev

En la misma jornada, autoridades ucranianas reportaron una serie de ataques nocturnos contra la capital, Kiev. Según el mando militar de Ucrania, al menos tres bombas de precisión impactaron en zonas residenciales y de infraestructura, provocando daños materiales y una alerta roja en la población.

El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, calificó los bombardeos de “una escalada peligrosa” y afirmó que el país reforzará sus sistemas de defensa aérea.

Reacciones internacionales

Varios gobiernos occidentales condenaron la prueba del misil nuclear y los ataques a Kiev, señalando que representan una violación del derecho internacional y una amenaza para la estabilidad regional. La OTAN anunció una revisión de sus planes de apoyo defensivo a Ucrania.

Implicaciones estratégicas

La combinación de una nueva arma nuclear de largo alcance y la intensificación de los bombardeos nocturnos sugiere una estrategia rusa orientada a ejercer presión psicológica y militar sobre Ucrania, al tiempo que busca demostrar su capacidad tecnológica ante la comunidad internacional.