Estados Unidos y Japón anunciaron una alianza estratégica destinada a asegurar el abastecimiento de minerales críticos y tierras raras, reforzando sus cadenas de suministro y reduciendo la dependencia de China. El pacto incluye cooperación en investigación, desarrollo de proyectos y una inversión conjunta para diversificar la producción global.
Un pacto estratégico en el contexto geopolítico
En una ceremonia celebrada en Washington, los altos representantes de Estados Unidos y Japón firmaron un acuerdo que busca garantizar el acceso sostenido a minerales críticos y tierras raras, recursos esenciales para la fabricación de tecnologías avanzadas como semiconductores, baterías y equipos de defensa.
Objetivos principales del acuerdo
- Seguridad de la cadena de suministro: Diversificar las fuentes de minerales críticos, reduciendo la dependencia de China, que actualmente controla alrededor del 70% del mercado mundial de tierras raras.
- Cooperación tecnológica: Compartir investigación y desarrollo en extracción, procesamiento y reciclado de minerales, favoreciendo la innovación en ambos países.
- Inversión conjunta: Destinar recursos financieros a proyectos de exploración y producción en terceros países aliados, así como al establecimiento de plantas de procesamiento en territorio propio.
Impacto económico y tecnológico
El acuerdo se enmarca dentro de la estrategia de ambos gobiernos para fortalecer la competitividad de sus industrias de alta tecnología. Al asegurar el suministro de estos recursos, se espera impulsar la producción de vehículos eléctricos, energías renovables y sistemas de defensa de última generación.
Reacción internacional
Expertos internacionales califican el pacto como un paso crucial para reconfigurar el mapa de suministro de minerales estratégicos. La medida también es vista como una señal de cooperación entre dos aliados tradicionales en un entorno de creciente rivalidad comercial con China.
Próximos pasos
Las partes acordaron establecer un comité binacional que supervisará la implementación del acuerdo, definiendo cronogramas, metas de inversión y el seguimiento de los proyectos de extracción y procesamiento en los próximos años.