La psoriasis afecta al 3 % de los argentinos, y su alcance va más allá de la piel. Estrés, ansiedad y problemas de salud mental pueden desencadenar brotes, mientras que un diagnóstico precoz y tratamiento adecuado reducen el riesgo de daño articular. Conocer los factores de riesgo y actuar a tiempo es la diferencia clave para una mejor calidad de vida.
¿Qué es la psoriasis?
La psoriasis es una enfermedad autoinmune crónica que produce manchas escamosas rojas en la piel. No se trata solo de una condición dermatológica; hasta un 30 % de los pacientes desarrollan artritis psoriásica, lo que compromete las articulaciones y la movilidad.
Prevalencia en Argentina
Según datos de la Asociación Argentina de Dermatología, aproximadamente 3 % de la población (alrededor de 1,4 millones de personas) convive con psoriasis. La enfermedad afecta a ambos sexos por igual y suele manifestarse entre los 15 y 35 años, aunque puede presentarse a cualquier edad.
Factores desencadenantes: el rol del estrés y la salud mental
Estudios recientes publicados por el Centro de Investigaciones en Salud Mental (CISM) destacan que estrés, ansiedad y depresión aumentan la probabilidad de brotes y agravan la gravedad de la enfermedad. Situaciones de alta presión laboral, conflictos familiares o eventos traumáticos pueden iniciar una reacción en cadena, conocida como “efecto dominó”, que intensifica la inflamación cutánea y articular.
Importancia del diagnóstico temprano
Un diagnóstico precoz permite iniciar terapias que detienen la progresión de la enfermedad. Investigaciones de la Universidad de Buenos Aires (UBA) demuestran que iniciar tratamiento dentro de los primeros 6 meses después del diagnóstico reduce en un 45 % el riesgo de desarrollar artritis psoriásica a largo plazo.
Opciones de tratamiento actuales
- Terapias tópicas: cremas y ungüentos con corticoides o análogos de la vitamina D.
- Fototerapia: exposición controlada a luz ultravioleta.
- Fármacos sistémicos: biológicos que inhiben la respuesta inflamatoria (adalimumab, secukinumab, entre otros).
- Apoyo psicológico: técnicas de manejo del estrés, terapia cognitivo‑conductual y programas de mindfulness que han demostrado disminuir la frecuencia de brotes.
Consejos prácticos para los pacientes
- Consultar a un dermatólogo ante cualquier signo cutáneo sospechoso.
- Realizar seguimiento regular de la salud articular mediante examen clínico y, de ser necesario, ecografía.
- Implementar hábitos de vida saludables: ejercicio moderado, dieta equilibrada y reducción de alcohol y tabaco.
- Buscar apoyo psicológico para manejar el estrés y la ansiedad.
Historias de vida
Silvia Fernández Barrio, activista y periodista, relató en Radio Nacional su experiencia personal con la psoriasis, subrayando la importancia de la detección temprana y el acompañamiento multidisciplinario para mantener una vida plena.