Este 1 de noviembre de 2025, la Iglesia celebra la Solemnidad de Todos los Santos, recordando a miles de santos canonizados y honrando a los héroes anónimos que dejaron su huella. La festividad se entrelaza con la tradicional víspera de Halloween, creando una noche de recuerdos, luces y reflexión para millones en América Latina y el mundo.
Orígenes y significado del 1 de noviembre
La Solemnidad de Todos los Santos, instituida oficialmente por el Papa Gregorio III en el siglo VIII, reúne en una sola fecha a todos los santos y beatos, conocidos y desconocidos. En 2025, la celebración cae en sábado 1 de noviembre, ofreciendo una oportunidad de descanso y reflexión tras la noche de Halloween.
Los santos canonizados a lo largo de la historia
A lo largo de los siglos la Iglesia ha canonizado a más de mil santos; entre ellos destacan figuras como San Francisco de Asís, Santa Teresa de Ávila y el joven mártir Maximiliano Kolbe. Cada año, el Vaticano publica una lista oficial de los nuevos santos reconocidos, reforzando la tradición de venerar tanto a los grandes como a los héroes anónimos.
Héroes anónimos: el valor de lo invisible
Además de los nombres canonizados, la celebración dedica un espacio especial a los «héroes anónimos», personas cuya bondad y sacrificio quedaron sin reconocimiento público. En muchas parrocias se encienden velas y se colocan fotografías de familiares fallecidos, recordando que la santidad también se manifiesta en actos cotidianos de amor y servicio.
Conexión con Halloween: de la oscuridad a la luz
La víspera del 31 de octubre, conocida como Halloween o Día de Todos los Santos en su forma precristiana, celebra la noche de los muertos con disfraces y dulces. La tradición europea de “All Hallows’ Eve” se fusionó con la liturgia católica, convirtiéndose en una ocasión donde lo macabro da paso a la luz de los altares, y donde niños y adultos recuerdan a los que ya no están.
Cómo vivir la celebración
- Participar en la misa solemne de la mañana, donde se recita el cantico de los santos.
- Encender una vela en casa o en el cementerio como símbolo de recuerdo y esperanza.
- Compartir una comida tradicional con familia y amigos, manteniendo vivas las costumbres regionales.
En Argentina y otros países latinoamericanos, muchas comunidades organizan ferias artesanales y misas al aire libre, combinando la solemnidad religiosa con la alegría popular.