Ante una inflación que supera el 200 % y un mercado cambiario restringido, los argentinos continúan usando el dólar como refugio de valor y el peso para su consumo diario. En los últimos meses se registró un récord de compras de divisas, impulsado por la banca digital y la expectativa de una mayor devaluación.
Contexto inflacionario y control cambiario
Desde comienzos de 2024 la inflación anual ronda los 220 %, mientras el Gobierno mantiene límites a la compra de divisas. Esta combinación crea una economía bimonetaria: el peso es la moneda de gasto cotidiano y el dólar, el activo de ahorro.
Compras récord de dólares en 2024
Según La Política Online, el home banking argentino superó los 6 000 millones de dólares en compras durante septiembre de 2024. Página 12 reportó que el total acumulado del año alcanzó los 6 857 millones de dólares, cifra que incluye a particulares y empresas.
Clarin.com informó que en el mismo mes se adquirieron 7 759 millones de dólares, reflejando una aceleración de la demanda frente a la incertidumbre cambiaria.
Perfil destacó un hito histórico: los ahorristas compraron 5 080 millones de dólares en un solo periodo, consolidando el dólar como principal reserva de valor.
Por qué los argentinos siguen este patrón
Los salarios siguen en pesos, mientras el poder adquisitivo se erosiona rápidamente. Al ahorrar en dólares, los hogares buscan proteger su patrimonio de la devaluación. En cambio, el consumo de alimentos, servicios y ocio se paga mayormente en pesos, que aunque pierden valor, siguen siendo la única moneda aceptada para la mayoría de transacciones.
Impacto en la economía
Esta dualidad genera presión sobre el tipo de cambio oficial y favorece la expansión del mercado informal. Además, el aumento de la demanda de dólares impulsa la necesidad de reservas internacionales y plantea desafíos para la política monetaria del Banco Central.
Perspectivas
Con la cercanía de las elecciones de 2025, se anticipa que la volatilidad cambiaria se mantendrá, reforzando la tendencia de ahorro en dólares y gasto en pesos. Observadores advierten que cualquier medida de liberalización cambiaria podría modificar este comportamiento, pero por el momento el patrón bimonetario sigue firme.