Un equipo de investigadores de la Universidad de Texas ha identificado un nuevo hongo, Aureobasidium melanogenum, que puede descomponer plásticos como el polietileno y el polipropileno, logrando reducir su masa en un 30 % en solo 30 días. Este hallazgo abre la puerta a tecnologías biológicas para combatir la creciente crisis de residuos plásticos.
Descubrimiento científico
El 2 de noviembre de 2025, científicos de la Universidad de Texas anunciaron la identificación de Aureobasidium melanogenum, un hongo capaz de degradar plásticos comunes como el polietileno (PE) y el polipropileno (PP). En pruebas de laboratorio, el hongo logró una disminución del 30 % de la masa de los polímeros en 30 días, mediante la secreción de enzimas que rompen las largas cadenas de carbono.
¿Cómo funciona?
El hongo produce una serie de enzimas (principalmente oxidoreductasas y lipoquinas) que atacan los enlaces C‑C de la cadena plástica, convirtiéndolos en compuestos más simples que pueden ser incorporados al metabolismo microbiano. Este proceso, conocido como biodegradación, convierte residuos de plástico en biomasa no tóxica.
Implicaciones medioambientales
El hallazgo llega en un momento crítico: se estima que más de 400 millones de toneladas de plástico han terminado en océanos y suelos desde la década de 1950. Los microplásticos, fragmentos menores a 5 mm, representan una amenaza para la fauna marina y la cadena alimentaria humana. Un agente biológico que pueda acelerar su descomposición podría reducir significativamente estos riesgos.
Aplicaciones potenciales
- Reciclaje avanzado: Incorporar el hongo en plantas de tratamiento para acelerar la descomposición de residuos mixtos.
- Limpieza de suelos contaminados: Uso en bioremediación de áreas industriales con acumulación de polímeros.
- Producción de bio‑materiales: Transformar los subproductos de la degradación en compuestos útiles, como biocombustibles.
Próximos pasos
Los investigadores planean escalar la producción del hongo y evaluar su desempeño en condiciones reales, como vertederos y playas contaminadas. Además, se están estudiando posibles sinergias con bacterias degradadoras para crear consorcios microbianos aún más eficientes.
Este avance subraya la importancia de la biotecnología en la lucha contra la contaminación plástica y abre nuevas vías para políticas de gestión de residuos más sostenibles.