Los centros de datos que entrenan inteligencia artificial consumen cantidades récord de electricidad. Ante esta crisis, Google presenta su plan “Moonshot” llamado Project Suncatcher, que busca trasladar la potencia de cómputo IA al espacio usando energía solar, reduciendo costos y emisiones.
El problema energético de la IA
Los modelos de inteligencia artificial de última generación requieren gigantescas cantidades de energía. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el sector de los centros de datos respondió por el 3 % del consumo eléctrico mundial en 2023, y se estima que la parte dedicada a IA supera el 30 % de ese total. Esto se traduce en emisiones de CO₂ equivalentes a la de millones de automóviles.
Google presenta su “moonshot” espacial
En una presentación reciente, Google reveló Project Suncatcher, una iniciativa bajo la etiqueta “Moonshot” que tiene como objetivo lanzar al menos tres satélites equipados con hardware de IA en los próximos dos a tres años. Los satélites funcionarán con energía solar, lo que permite operar prácticamente sin consumo de combustible fósil.
El proyecto incluye:
- Chips de IA diseñados para baja latencia y alta eficiencia energética.
- Paneles solares de última generación que pueden generar más de 10 kW por satélite.
- Conexiones de red de alta velocidad (laser inter-satellite links) que reducirán la latencia de procesamiento al nivel de milisegundos.
Ventajas esperadas
Al trasladar parte del cómputo al espacio, Google espera:
- Reducir la dependencia de la red eléctrica terrestre y, por ende, los costos operativos.
- Disminuir la emisión de gases de efecto invernadero asociada al enfriamiento de los centros de datos.
- Mejorar la resiliencia de los servicios de IA ante fallas locales o desastres naturales.
Contexto global y competidores
Google no es el único que mira al espacio como solución energética. Elon Musk, a través de SpaceX, ha insinuado la construcción de “data centers orbitales” para sus propios modelos de IA. Otros gigantes tecnológicos, como Microsoft y Amazon, están invirtiendo en energía renovable y refrigeración líquida para mitigar su huella.
Desafíos y críticas
Aunque la idea suena futurista, existen retos importantes: el costo de lanzamiento (aproximadamente 5 000 USD por kilogramo), la seguridad del hardware ante radiación espacial y la regulación del espectro para comunicaciones inter‑satélite. Organizaciones medioambientales han pedido transparencia en los cálculos de ahorro de emisiones.
Sin embargo, el proyecto ya cuenta con el respaldo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y varios programas de investigación de energía solar en órbita.
¿Qué significa para el futuro?
Si Project Suncatcher logra sus objetivos, podríamos estar frente a la primera infraestructura de IA 100 % alimentada por energía solar, marcando un hito en la descarbonización del sector tecnológico. Además, abriría la puerta a aplicaciones como procesamiento de datos en tiempo real para satélites de observación, comunicaciones de emergencia y más.