En 2025 la expansión de grupos jihadistas en el Sahel, especialmente en Mali, ha desencadenado emboscadas, saqueos y una violencia creciente que pone en evidencia la equivocación de la política rusa en la región, mientras Francia insta a sus ciudadanos a abandonar el país y compañías internacionales suspenden sus actividades.
Avance jihadista y crisis de seguridad
El año 2025 ha visto una escalada sin precedentes de la violencia en el Sahel. Grupos como Jama’a Nusrat al‑Islam wal Muslimeen (JNIM) han intensificado sus emboscadas y saqueos en zonas rurales de Mali, dejando al descubierto la fragilidad de la seguridad nacional.
Impacto en la población civil
Las comunidades locales enfrentan desplazamientos masivos, pérdida de cosechas y un creciente temor a la prospección de grupos armados. La violencia ha provocado cierres de rutas comerciales y ha dificultado la entrega de ayuda humanitaria.
El error de cálculo de Rusia
Desde la intervención de los mercenarios rusos en el conflicto maliano, el Kremlin había esperado consolidar una alianza estratégica con la junta militar de Bamako. Sin embargo, el avance de los jihadistas ha reducido la efectividad de las fuerzas apoyadas por Rusia, evidenciando una subestimación de la capacidad de resistencia de los grupos insurgentes.
Bloqueo de JNIM sobre Bamako
Recientemente JNIM ha impuesto un bloqueo parcial a la capital, Bamako, con el objetivo de desacreditar tanto a la junta militar como a la presencia militar rusa. Este señuelo busca presionar a la autoridad local para que recurra a negociaciones que favorezcan al insurgente.
Reacciones internacionales
- Francia ha emitido una recomendación a sus ciudadanos de “abandonar temporalmente” Mali, citando la creciente inseguridad y la imposibilidad de garantizar la protección consular.
- La empresa de transporte marítimo MSC ha suspendido sus operaciones en el país, señalando la amenaza yihadista como causa directa de la medida.
Contexto geopolítico del Sahel
El Sahel, zona semiárida que se extiende desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo, ha sido durante décadas un foco de conflicto entre gobiernos locales, fuerzas internacionales y grupos islamistas. La combinación de pobreza, cambio climático y ausencia de estados fuertes crea un caldo fértil para la radicalización.
Perspectivas a futuro
Los analistas advierten que, sin una estrategia integral que incluya desarrollo socio‑económico y una coordinación efectiva entre fuerzas locales e internacionales, la inseguridad podría extenderse a países vecinos, amenazando la estabilidad de toda la región del Sahel.