El histórico tratado comercial entre la Unión Europea y el Mercosur avanza hacia su firma definitiva. Analizamos los últimos avances, el rechazo de Francia a ratificar y las oportunidades que representará para la exportación agropecuaria y la industria argentina, con estimaciones de crecimiento y creación de empleo.
Un tratado que lleva décadas gestándose
El acuerdo comercial UE‑Mercosur, negociado durante más de veinte años, tiene como objetivo eliminar la mayor parte de los aranceles entre ambos bloques. Previsto inicialmente para entrar en vigor en 2021, su ratificación se ha visto frenada por diversas objeciones, especialmente del sector agrícola europeo.
Últimos avances y obstáculos
En las últimas semanas, los líderes de la Comisión Europea y de los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) anunciaron que el texto final está “más cerca que nunca” de ser aprobado. Sin embargo, la ministra francesa de Agricultura, Marcelle Léger, declaró que Francia no firmará mientras persistan las salvaguardas que podrían afectar a sus agricultores.
¿Qué son las salvaguardas?
Son cláusulas que permiten a un país suspender temporalmente la reducción de aranceles si la importación masiva de productos genera un perjuicio grave a su sector productivo. En el caso de la UE, se temen afectaciones en el sector lácteo, cárnico y de cereales.
Impacto estimado para Argentina
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, el comercio bilateral con la UE alcanzó los US$ 15.000 millones en 2023. Los analistas del Banco Central calculan que, de concretarse el acuerdo, las exportaciones agropecuarias argentinas podrían incrementarse entre un 10 % y un 15 %, lo que equivaldría a entre US$ 1.500 millones y US$ 2.250 millones adicionales al año. Además, se prevé la generación de aproximadamente 200 000 empleos directos e indirectos en sectores como la soja, el maíz, la carne y el vino.
El sector manufacturero también se beneficiaría al acceder a un mercado de 447 millones de consumidores con menores barreras tarifarias, impulsando la inversión extranjera directa.
Reacciones y perspectivas
Mientras Francia mantiene su posición, otros países europeos, como Alemania y España, ya expresan su apoyo al tratado, considerándolo una “palanca estratégica” para diversificar sus fuentes de alimentos y energía. En el Mercosur, Brasil lidera la campaña de promoción, resaltando el potencial de crecimiento conjunto.
Si bien el camino hacia la ratificación completa sigue pendiente de negociaciones internas en la UE, la tendencia indica que el acuerdo podría entrar en vigor en 2026, marcando una nueva era de integración comercial para Argentina.