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Aumenta el riesgo de ACV en jóvenes y su vínculo con hábitos cotidianos

Los últimos informes de salud en Argentina indican un crecimiento sostenido de accidentes cerebrovasculares (ACV) entre personas menores de 45 años. Expertos relacionan este fenómeno con la combinación de sedentarismo, alimentación ultraprocesada y estrés, resaltando la importancia de detectar los síntomas tempranos y adoptar cambios de estilo de vida.

Contexto y magnitud del problema

Diversos medios argentinos, entre ellos La Nueva Provincia, El Cronista y El Esquiu, han publicado recientemente artículos que señalan un incremento de los casos de ACV en la población joven. Si bien no se citan cifras exactas, la tendencia se percibe como alarmante y ha motivado a autoridades sanitarias a lanzar campañas de concientización.

¿Qué es un ACV?

El accidente cerebrovascular, también conocido como derrame cerebral, ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe súbitamente, ya sea por un bloqueo (ischemia) o por sangrado (hemorragia). La falta de oxígeno provoca daño neuronal y, sin atención rápida, puede derivar en incapacidad permanente o muerte.

Factores de riesgo en la juventud

Los especialistas destacan que, a diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes de hoy presentan varios hábitos que favorecen la aparición de ACV:

  • Alimentación alta en sodio y grasas saturadas: consumo frecuente de alimentos ultraprocesados y comidas rápidas.
  • Sedentario: jornadas prolongadas frente a pantallas y escasa actividad física.
  • Consumo de tabaco y alcohol: aumentan la presión arterial y dañan los vasos sanguíneos.
  • Estrés crónico: relacionado con la ansiedad, el insomnio y la hipertensión.

Señales de alerta para detectar a tiempo

El Día Mundial del ACV, celebrado el 16 de octubre, sirve para recordar los síntomas más comunes, esenciales para una intervención rápida:

  1. Debilidad o entumecimiento súbito de la cara, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo.
  2. Dificultad repentina para hablar o comprender palabras.
  3. Pérdida brusca de la visión en uno o ambos ojos.
  4. Dolor de cabeza intenso y sin causa aparente.

Ante cualquiera de estos signos, se recomienda acudir al servicio de emergencias en menos de 3 horas.

Recomendaciones para la prevención

Los profesionales de la salud insisten en la necesidad de adoptar cambios de estilo de vida que pueden reducir significativamente el riesgo de ACV:

  • Realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana.
  • Seguir una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres y grasas saludables.
  • Mantener la presión arterial bajo control mediante chequeos regulares.
  • Eliminar el consumo de tabaco y moderar la ingesta de alcohol.
  • Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el yoga.

Conclusión

El aumento de ACV en jóvenes no es una inevitabilidad; es un llamado a la sociedad para revisar hábitos cotidianos y priorizar la salud cardiovascular desde la adolescencia. Detectar los síntomas a tiempo y modificar el estilo de vida son los pilares para frenar esta tendencia.