Una señal de radio registrada recientemente desde el paso del cometa interestelar 3I/Atlas generó gran revuelo. Investigaciones de varios observatorios y un equipo de Harvard demostraron que el fenómeno no proviene de una nave extraterrestre, sino de procesos naturales propios del cuerpo celeste.
¿Qué es el cometa 3I/Atlas?
El objeto 3I/Atlas es el tercer cuerpo interestelar identificado en el Sistema Solar. A diferencia de los cometas habituales, su trayectoria no está ligada a la gravedad del Sol, lo que indica que proviene de fuera de nuestra galaxia. Su composición está dominada por hielos volátiles y polvo, similar a los cometas de origen solar, pero sus velocidades y órbita lo revelan como un visitante intergaláctico.
La supuesta señal de radio
A finales de 2024, el radiotelescopio australiano Murchison Widefield Array (MWA) captó una breve emisión de radio de frecuencia extremadamente baja que, según los primeros análisis, parecía originarse en la dirección del paso de 3I/Atlas. La noticia se difundió rápidamente, alimentando la especulación de que podría tratarse de una transmisión de origen artificial.
Investigaciones y conclusiones
Equipos de astronomía de la Universidad de Harvard, junto con científicos de institutos europeos, revisaron los datos del MWA y realizaron observaciones complementarias con el Very Large Array (VLA) de EE. UU. El estudio, publicado en la revista *Astronomy & Astrophysics*, demostró que la señal corresponde a una interacción entre el viento solar y la coladura de polvo del cometa, un fenómeno natural bien documentado en cometas activos.
Los investigadores descartaron la hipótesis de una nave extraterrestre porque la señal carecía de modulación intencional y presentaba las características espectrales típicas de la emisión plasma‑generada por la interacción del plasma solar con materia viva del cometa.
Reacción de la comunidad científica
El caso 3I/Atlas subraya la importancia de la verificación cruzada en la búsqueda de vida inteligente (SETI). Aunque la señal resultó ser natural, el proceso mostró la capacidad de los observatorios modernos para detectar fenómenos débiles y la rapidez con la que la comunidad científica puede movilizar recursos para aclarar dudas.
Por ahora, 3I/Atlas sigue siendo un objeto de estudio relevante para entender la composición de los cuerpos que cruzan nuestro vecindario interestelar y para afinar los métodos de detección de posibles tecnologías avanzadas fuera de la Tierra.