Los candidatos José Antonio Kast y Alejandro Jara terminaron la recta final de la campaña presidencial chilena en un clima de acusaciones cruzadas y discursos centrados en la criminalidad, mientras buscaban ganarse al electorado indeciso antes de la votación del 17 de diciembre.
Contexto de la contienda
El proceso electoral chileno avanza hacia la segunda vuelta prevista para el 17 de diciembre de 2025. José Antonio Kast, representante de la coalición de derecha, y Alejandro Jara, candidato del bloque progresista, han desarrollado campañas marcadas por la polarización y la ausencia de consensos claros.
Acusaciones cruzadas
Kast denunció a Jara de suavizar la violencia urbana, señalando que sus propuestas de política social no incluyen medidas contundentes contra la delincuencia. Por su parte Jara acusó a Kast de promover una agenda autoritaria que favorece la represión y no aborda las causas estructurales de la inseguridad.
Discursos centrados en la inseguridad
Ambos candidatos dedicaron los últimos actos de campaña a plantear planes de seguridad. Kast reiteró su compromiso de reforzar la presencia policial y de aplicar penas más severas, mientras Jara propuso una estrategia integral que combina prevención, inversión en educación y apoyo a comunidades vulnerables.
Escenarios de movilización
En las jornadas finales se registraron concentraciones masivas en Santiago, Valparaíso y Concepción. Según datos de la autoridad electoral, la asistencia estimada superó los 150 000 participantes en los mítines de Kast y alcanzó los 120 000 en los eventos de Jara. La cobertura mediática destacó el uso de redes sociales y la difusión de mensajes dirigidos a votantes indecisos.
Proyecciones y expectativas
Analistas políticos indican que la seguridad será uno de los temas determinantes para el electorado. Las encuestas realizadas a principios de noviembre mostraron que el 38 % de los votantes consideraba la criminalidad como su principal preocupación, seguido por la economía y la educación.