El presidente francés Emmanuel Macron reiteró este viernes su rechazo al tratado comercial entre la Unión Europea y el bloque Mercosur, asegurando que Francia ejercerá un “no rotundo”. La decisión eleva la tensión en Bruselas, donde cerca de 150 eurodiputados piden que el acuerdo sea revisado por la justicia, mientras el sector agroalimentario advierte sobre graves consecuencias.
Contexto del acuerdo UE‑Mercosur
El tratado comercial, negociado durante más de dos décadas y concluido en 2019, busca eliminar aranceles sobre el 93 % de los productos intercambiados entre la UE y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, cuyo miembro está suspendido). Su aprobación requeriría la ratificación de los parlamentos de los 27 estados miembros.
Posición de Francia
En una rueda de prensa celebrada el 12 de noviembre de 2025, Emmanuel Macron declaró que Francia “no volverá a ceder” y que el Gobierno francés bloqueará cualquier intento de ratificar el acuerdo sin una “salvaguardia agrícola” que proteja a los agricultores franceses. El presidente señaló que la medida busca evitar una “competencia desleal” que podría perjudicar la producción lechera y de carne.
Reacciones en el Parlamento Europeo
Un grupo de aproximadamente 150 eurodiputados, liderados por la bancada del Partido Verde, presentó una petición al Tribunal de Justicia de la UE para que se suspenda la autorización provisional del tratado y se analicen sus efectos en el sector agropecuario. La iniciativa ha sido respaldada por varios partidos de centro‑izquierda y algunos centroderecha cautelosos.
Impacto en el sector agrícola
El ministro de Agricultura de España, **José Luis Idígoras**, criticó la “salvaguardia agrícola” propuesta por la UE, calificándola de “sinsentido absoluto”. Organizaciones de productores de Argentina, Brasil y Uruguay manifestaron su preocupación por posibles barreras no tarifarias que limitarían sus exportaciones de carne vacuna, soja y productos lácteos.
Perspectivas a corto plazo
Con la ratificación pendiente y la presión de varios gobiernos del Mercosur, la UE enfrenta un dilema: avanzar con el acuerdo para reforzar lazos comerciales o ceder a las exigencias de los agricultores franceses. La decisión de Francia podría ser decisiva, ya que en el proceso de unanimidad cada Estado tiene poder de veto.