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Aislamiento de Máximo Thomsen en la cárcel desde el 12 de octubre: causas y contexto

Desde el 12 de octubre de 2025 Máximo Thomsen, uno de los condenados por la muerte del joven Fernando Báez Sosa, lleva una medida de aislamiento en la cárcel. Las autoridades penales explican que la decisión responde a la necesidad de garantizar su seguridad y la del resto de internos, tras incidentes que ponen en riesgo la convivencia dentro del penal.

Antecedentes del caso

El 18 de enero de 2020 se produjo el brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, un estudiante de 18 años que fue golpeado a puñaladas por un grupo de rugbiers en la zona de la cancha de San Antonio de Padua. Tras una larga investigación, en diciembre de 2022 la justicia argentina condenó a los cinco agresores. Máximo Thomsen recibió la pena mayor: quince años de prisión, la misma que le corresponde cumplir en el establecimiento penitenciario de La Plata.

Qué significa el aislamiento carcelario

El aislamiento, también llamado régimen de reclusión solitaria, es una medida disciplinaria o de protección que implica la separación del interno del resto de la población carcelaria. Se aplica cuando existen riesgos de violencia, de autolesiones o de alteraciones graves del orden interno. En el caso de Thomsen, la autoridad del penal justificó la medida bajo la rubrica de “medidas de seguridad”.

Motivos del aislamiento de Thomsen

El 12 de octubre de 2025 el director del penal informó que Thomsen había sido trasladado a una celda de aislamiento después de un altercado con otro interno y de recibir amenazas dirigidas a guardias y a sus compañeros de reclusión. Los informes internos indicaron comportamientos agresivos y la necesidad de proteger tanto a Thomsen como a la comunidad penitenciaria. La decisión, tomada por el personal de seguridad del penal, fue ratificada por el juez que supervisa su cumplimiento de la condena.

Repercusiones y seguimiento

El aislamiento de Thomsen ha generado debate en la opinión pública y entre organizaciones de derechos humanos, que cuestionan la proporcionalidad de la medida. Sin embargo, la normativa penitenciaria argentina permite su aplicación cuando se considera imprescindible para mantener la seguridad. El interno permanecerá bajo vigilancia las 24 horas y tiene acceso limitado a visitas y actividades externas.

Situación actual de los demás condenados

Los otros cuatro rugbiers condenados por el mismo hecho cumplen sus penas en distintos centros penitenciarios bajo régimen ordinario. Algunos de ellos participan en programas de reinserción y educación dentro del penal. A casi seis años del crimen, la familia de Báez Sosa sigue exigiendo que se haga justicia y que se garanticen condiciones dignas para todos los reclusos.