Ir al contenido
Portada » Hipertensión infantil se duplica en 20 años y afecta a 114 millones de niños

Hipertensión infantil se duplica en 20 años y afecta a 114 millones de niños

Un estudio global revela que la hipertensión en menores ha experimentado un crecimiento alarmante, duplicándose en las dos últimas décadas y alcanzando a 114 millones de niños, lo que equivale a uno de cada veinte menores en todo el mundo. Los expertos lo describen como una amenaza profunda para la salud pública infantil.

Datos clave del estudio

Un amplio análisis epidemiológico realizado por investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y varias universidades internacionales muestra que la prevalencia de hipertensión en niños y adolescentes se ha duplicado en los últimos 20 años. En la actualidad, alrededor de 114 millones de menores presentan hipertensión o prehipertensión, lo que equivale a 1 de cada 20 niños a nivel global.

¿Qué es la hipertensión infantil?

La hipertensión infantil se define como una presión arterial sistólica o diastólica igual o superior al percentil 95 para la edad, el sexo y la altura del niño, medido en al menos tres ocasiones distintas. Incluye la “hipertensión de bata blanca”, que aparece solo en entornos médicos, y la prehipertensión, un estado intermedio que precede a la hipertensión establecida.

Causas y factores de riesgo

Los investigadores señalan varios factores que impulsan este aumento:

  • Obesidad infantil: la tasa de sobrepeso ha crecido de forma paralela.
  • Estilos de vida sedentarios y mayor tiempo frente a pantallas.
  • Alimentación alta en sodio y pobre en frutas y verduras.
  • Factores genéticos y ambientales.

Impacto en la salud a largo plazo

Si no se detecta y trata a tiempo, la hipertensión infantil puede provocar daño cardiovascular temprano, problemas renales y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en la adultez.

Recomendaciones de los expertos

Las principales recomendaciones incluyen:

  • Control regular de la presión arterial en niños con factores de riesgo.
  • Fomentar una dieta equilibrada baja en sodio y rica en frutas y verduras.
  • Promover la actividad física diaria, al menos 60 minutos de ejercicio moderado‑intenso.
  • Reducir el tiempo de pantalla y favorecer hábitos de sueño adecuados.

Conclusión

El alarmante crecimiento de la hipertensión infantil constituye un llamado de atención para padres, escuelas y políticas públicas. La detección precoz y un enfoque integral en la prevención pueden revertir esta tendencia y proteger la salud de las futuras generaciones.