A los 18 años, Fernando Báez Sosa le dijo a su madre que cada uno seguiría su propio camino antes de partir a pasar el verano en Villa Gesell. La frase quedó grabada como la última despedida de un adolescente cuya vida se truncó el 19 de enero de 2020 tras recibir una brutal agresión de un grupo de rugbiers en Buenos Aires.
Últimas palabras que resonaron en la familia
El 13 de marzo de 2025, la madre de Fernando, Ana María Báez, recordó que su hijo, de 18 años, le había dicho a punta de frase: “Cada uno iba a seguir su camino”. Ese comentario se dio justo antes de que él se despidiera para pasar unos días en la playa de Villa Gesell, un viaje que, lamentablemente, nunca llegó a concretarse.
Contexto del hecho que marcó al país
El 19 de enero de 2020, en la zona de San Vicente, Fernando fue agredido por un grupo de siete rugbiers que, bajo la lógica de una “fiesta de iniciación”, le propinaron una serie de golpes que le provocaron la muerte. El caso provocó una fuerte indignación social y debates sobre la violencia en los ambientes deportivos.
Sentencia y situación actual de los acusados
En diciembre de 2022 los rugbiers fueron condenados a penas que varían entre 6 y 12 años de prisión por homicidio trágico y tentativa de homicidio. Actualmente cumplen sus condenas en diferentes establecimientos penitenciarios de la provincia de Buenos Aires, bajo régimen de seguridad media. La justicia ha mantenido constancia de su cumplimiento y de la posibilidad de revisión de penas por buen comportamiento.
Repercusiones mediáticas y culturales
El caso sigue vigente en la memoria colectiva. En 2024 Netflix estrenó la serie documental “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa”, dirigida por Martín Rocca, que revisa los hechos, el proceso judicial y el dolor de la familia. La obra ha recibido críticas positivas por aportar una visión profunda y humana del suceso.
El testimonio desgarrador de su madre
La madre de Fernando relató en La Nación el momento en que, tras el hallazgo del cuerpo, tuvo que reconocer a su hijo entre la multitud de personas que intentaban ayudar. Su relato destaca la crudeza del proceso de duelo y la necesidad de evitar que tragedias similares se repitan.
Conclusión
La frase “Cada uno iba a seguir su camino” se ha convertido en un símbolo de los sueños truncados y de la urgente necesidad de combatir la violencia sin importar el entorno. La historia de Fernando Báez Sosa continúa siendo un llamado de atención para la sociedad argentina y un recordatorio del valor de la vida.