El tratado comercial entre Estados Unidos y Argentina avanza hacia su fase de implementación. Expertos analizan cómo las definiciones de la política estadounidense bajo la administración Trump influirán en la apertura de mercados, las exportaciones y la inversión extranjera, mientras los exportadores argentinos esperan la letra chica del acuerdo.
Antecedentes y firma del pacto
El marco comercial entre EE UU y Argentina se concretó a principios de 2024, cuando ambas partes firmaron un acuerdo que busca eliminar barreras arancelarias y fomentar la inversión directa. El tratado incluye una lista preliminar de productos argentinos que podrán ingresar al mercado estadounidense con aranceles reducidos o nulos.
Próximas etapas del acuerdo
El proceso se divide en tres fases: i) ratificación parlamentaria en Argentina, ii) cumplimiento de los requisitos técnicos establecidos por el Departamento de Comercio de EE UU y iii) puesta en marcha de los mecanismos de seguimiento y revisión. Se espera que la ratificación concluya antes de finales de 2025, mientras que la fase operativa podría iniciarse a mediados de 2026.
El peso de las definiciones de la administración Trump
Las políticas de comercio exterior impulsadas por Trump, conocidas como “America First”, establecen criterios estrictos sobre la procedencia de los insumos y la certificación de origen. Estas normas podrían afectar la elegibilidad de varios productos argentinos, especialmente en los sectores agroalimentario y manufacturero. Los exportadores deberán ajustarse a los nuevos requisitos de trazabilidad y cumplimiento de normas sanitarias.
Impacto esperado en la economía argentina
Según analistas de Infobae, el acuerdo podría generar un aumento del 5 al 7 % en las exportaciones totales en los próximos tres años, impulsado por la demanda estadounidense de carnes, granos, vinos y productos farmacéuticos. Además, se estima una entrada de inversión extranjera directa superior a US$1.200 millones, focalizada en sectores de tecnología, energía renovable y agroindustria.
Desafíos y la “letra chica” para los exportadores
El Clarín advierte que, aunque la lista de productos ampliada es favorable, persisten incertidumbres sobre la aplicación de cuotas, normas de origen y posibles medidas antidumping. Los exportadores deberán prestar especial atención a los requisitos de certificación y a los plazos de adaptación para evitar sanciones.
Conclusiones
El acuerdo comercial EE UU‑Argentina representa una oportunidad histórica para diversificar mercados y fortalecer la competitividad del país. No obstante, su éxito dependerá de la capacidad de los actores locales para cumplir con las exigencias de la política estadounidense y de la rapidez con que se complete la ratificación y los procesos técnicos.