Un estudio reciente revela que ciertas bacterias presentes en glioblastomas y otras neoplasias cerebrales pueden provocar resistencia a la quimioterapia, explicando por qué muchos pacientes no responden al tratamiento convencional.
El hallazgo que cambia la visión del cáncer cerebral
Investigadores de una colaboración internacional han identificado la presencia de bacterias activas dentro de tumores cerebrales, como el glioblastoma, que alteran la respuesta de las células cancerosas a los fármacos quimioterápicos. El estudio, publicado en una revista científica de alto impacto, muestra que estas bacterias modifican el microambiente tumoral, favoreciendo mecanismos de defensa que reducen la eficacia de la quimioterapia.
¿Cómo actúan las bacterias?
Las bacterias detectadas producen metabolitos que interfieren con la vía de señalización que la quimioterapia utiliza para inducir la muerte celular. Además, estimulan la expresión de proteínas de reparación del ADN, lo que permite a las células cancerosas reparar el daño causado por los fármacos y sobrevivir.
Implicaciones clínicas
Este descubrimiento abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas, como el uso de antibióticos o bacterioterapia combinada con quimioterapia, para eliminar la barrera bacteriana y mejorar la respuesta del tumor. Los autores sugieren ensayos clínicos que incluyan tratamientos anti‑bacterianos como complemento de los protocolos oncológicos actuales.
Contexto científico
Previos estudios habían reportado la presencia de microbioma en distintos tipos de cáncer, pero la evidencia directa de su papel en la resistencia a tratamientos era limitada. La nueva evidencia refuerza la idea de que el microambiente tumoral es una comunidad compleja que incluye microorganismos, y que su modulación podría ser clave para aumentar la tasa de curación.
Próximos pasos
Los investigadores planean identificar con mayor precisión las especies bacterianas involucradas y diseñar fármacos específicos para neutralizarlas. Asimismo, se propone la creación de pruebas diagnósticas que detecten la presencia de estas bacterias en biopsias tumorales, permitiendo a los oncólogos personalizar el tratamiento desde el inicio.