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Julieta Rossi, la novia de Fernando Báez Sosa, reconstruye su vida tras el crimen

Cinco años después del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, su exnovia Julieta Rossi ha decidido alejarse del ojo público. Hoy trabaja, estudia y ha tomado decisiones que la mantienen fuera de los documentales, incluida la serie de Netflix sobre el caso.

El recuerdo que marcó una generación

El 14 de enero de 2020 Fernando Báez Sosa, de 18 años, perdió la vida a puñaladas durante una fiesta en la localidad costera de Villa Gesell. El hecho conmocionó a la sociedad argentina y desencadenó un proceso judicial que culminó en 2022 con la condena de varios adolescentes a penas de 15 a 30 años de prisión.

¿Quién es Julieta Rossi?

Julieta Rossi, entonces de 19 años, era la novia de Fernando y apareció en los medios como testigo y familiar directa de la tragedia. Desde entonces ha preferido mantener un perfil bajo, evitando declaraciones públicas y la exposición mediática.

Un nuevo rumbo profesional y académico

Según entrevistas concedidas a medios locales en 2024, Rossi decidió reenfocar su vida laboral y académica. Actualmente está matriculada en la Universidad de Buenos Aires, donde cursa la carrera de Trabajo Social, y combina sus estudios con un empleo de medio tiempo como asistente administrativa en una empresa del sector logístico. Este trabajo le permite financiar sus estudios y, al mismo tiempo, mantener una rutina estable.

¿Por qué no aparece en la serie de Netflix?

En 2023 Netflix lanzó la serie documental “El caso Báez Sosa”, que reunió testimonios de familiares, abogados y peritos. Los productores contactaron a Julieta Rossi para incluir su testimonio; sin embargo, ella declinó participar, argumentando que prefería preservar su intimidad y la de su familia. La productora respetó su decisión y, por ello, la serie se elaboró sin su presencia.

Vida cotidiana y proyectos futuros

Rossi reside actualmente en el barrio de Palermo, Buenos Aires, donde comparte un apartamento con una amiga de la universidad. Además de sus compromisos académicos y laborales, dedica tiempo al voluntariado en organizaciones que brindan apoyo a víctimas de violencia de género. En entrevistas ha expresado su deseo de, a largo plazo, trabajar en políticas públicas que fortalezcan la protección de jóvenes en situaciones de violencia.

Conclusión

El caso Báez Sosa sigue resonando en la opinión pública, pero Julieta Rossi muestra cómo es posible reconstruir una vida después de una tragedia. Su decisión de mantenerse alejada de los focos y de canalizar su energía hacia la ayuda social subraya una transformación personal que va más allá del recuerdo del pasado.