Expertos de la OMS y diversas organizaciones sanitarias advierten que el consumo global de alimentos ultraprocesados ha aumentado de forma sostenida, vinculándose a al menos 12 enfermedades crónicas. La creciente disponibilidad de estos productos plantea un serio reto para la salud pública en todo el mundo.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
Los alimentos ultraprocesados (UPF, por sus siglas en inglés) son productos industriales que contienen ingredientes y aditivos de alta densidad tecnológica, como edulcorantes, colorantes, estabilizantes y potenciadores del sabor. Según la clasificación NUOVA, estos productos están diseñados para ser convenientes, atractivos y de consumo rápido, pero suelen presentar bajo contenido nutricional y altas cantidades de azúcares, sodio y grasas trans.
Incremento del consumo a nivel global
Estudios recientes publicados en 2024 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por centros de investigación en Estados Unidos, Europa y América Latina señalan que la proporción de calorías provenientes de alimentos ultraprocesados ha pasado del 20 % al 30 % de la dieta promedio en los últimos diez años. Esta tendencia se observa tanto en países de altos ingresos como en economías emergentes, impulsada por la expansión de cadenas de supermercados, la publicidad digital y la mayor urbanización.
Riesgos para la salud
Los investigadores destacan una asociación directa entre el consumo regular de UPF y un mayor riesgo de desarrollar al menos 12 enfermedades crónicas, entre las que se incluyen:
- Obesidad y sobrepeso
- Diabetes tipo 2
- Enfermedades cardiovasculares
- Hipertensión arterial
- Cáncer de colon y de mama
- Enfermedad hepática grasa no alcohólica
- Enfermedades respiratorias crónicas
- Depresión y trastornos del estado de ánimo
- Problemas dentales graves
- Trastornos metabólicos
- Enfermedades renales crónicas
- Complicaciones durante el embarazo
Estos hallazgos provienen de revisiones sistemáticas de cohortes longitudinales que controlaron variables como nivel socio‑económico y actividad física, reforzando la causalidad entre la dieta basada en ultraprocesados y la aparición de patologías.
Recomendaciones de los expertos
Ante la magnitud del problema, las principales entidades sanitarias recomiendan:
- Reducir la ingesta de productos con etiquetas que indiquen “alto contenido de azúcares, sodio o grasas saturadas”.
- Priorizar alimentos frescos, mínimamente procesados y dietas basadas en vegetales.
- Implementar políticas de etiquetado frontal que alerten sobre la ultraprocesación.
- Promover campañas educativas que fomenten la lectura de ingredientes.
- Regular la publicidad dirigida a niños y adolescentes.
Perspectiva a futuro
Los científicos subrayan que la lucha contra los alimentos ultraprocesados requiere un enfoque multidisciplinario, combinando legislación, educación y cambios estructurales en la cadena de suministro alimentaria. La esperanza es que, mediante estas acciones, se logre frenar el aumento de enfermedades crónicas y se mejore la calidad de vida a nivel mundial.