El presidente venezolano Nicolás Maduro presentó un ambicioso plan de defensa “calle por calle” y ordenó el despliegue de armamento pesado y misiles entre Caracas y la zona caribeña, en medio de una escalada militar con Estados Unidos que intensifica sus ejercicios en Trinidad y Tobago.
Contexto de la escalada
Desde comienzos de noviembre de 2025, la relación entre Venezuela y Estados Unidos se ha deteriorado de forma acelerada. Washington ha intensificado sus maniobras militares en el Caribe, realizando simulacros en Trinidad y Tobago a menos de 400 km de la costa venezolana. Estas acciones son percibidas por el gobierno de Caracas como una amenaza directa a su soberanía.
El plan “calle por calle”
En una rueda de prensa nacional, Nicolás Maduro expuso un “plan de defensa calle por calle”, que consiste en reforzar la seguridad de cada zona urbana y rural del país mediante la instalación de baterías antiaéreas, sistemas de vigilancia y unidades de respuesta rápida. Maduro subrayó que “no lo hizo un experto, fue el pueblo empoderado”, resaltando la participación de la comunidad en la elaboración del plan.
Despliegue de armamento pesado
Simultáneamente, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas venezolanas ordenó la movilización de artillería de calibre 155 mm, sistemas de misiles tierra‑a‑tierra y plataformas antiaéreas en una franja que abarca desde la capital, Caracas, hasta la región costera de La Guaira y las islas del Caribe venezolano. Fotografías oficiales muestran lanzadores de misiles y convoyes de tanques circulando por avenidas principales.
Reacción de Estados Unidos
El Departamento de Defensa de EE.UU. difundió imágenes de sus ejercicios conjuntos con fuerzas locales en Trinidad y Tobago, destacando la proximidad a la zona de conflicto potencial. Las autoridades estadounidenses afirman que los ejercicios son defensivos y buscan garantizar la seguridad marítima en la región.
Implicancias regionales
Analistas de seguridad consideran que el plan venezolano busca crear una zona de amortiguamiento que dificulte cualquier incursión aérea o marítima. La comunidad internacional observa con cautela, mientras países vecinos evalúan sus propias posturas ante una posible escalada.