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Cuba, último aliado de Maduro mientras busca su propia supervivencia

En medio de una profunda crisis económica y política, Venezuela depende cada vez más de Cuba, su único sostén. A su vez, La Habana lucha por sobrevivir frente a la escasez, la inflación y la presión internacional, manteniendo una incierta alianza que pone en jaque a ambos gobiernos.

Contexto de la alianza Venezuela‑Cuba

Desde la década de 2000, los gobiernos de Nicolás Maduro y Miguel Díaz‑Canelle han forjado una estrecha relación basada en la cooperación militar, sanitaria y energética. Con la profundización de las sanciones estadounidenses y la caída del precio del petróleo, la situación económica de Venezuela se ha vuelto insostenible, obligando al país a depender prácticamente de la asistencia cubana.

Apoyo cubano a la crisis venezolana

Cuba provee a Venezuela más de 2 000 médicos y profesionales de la salud, además de técnicos en educación y asesoría militar. A cambio, La Habana recibe entregas regulares de petróleo venezolano, una fuente vital para su generación eléctrica y transporte. El intercambio se ha convertido en una vía de supervivencia mutua, aunque cada vez es más precario.

Los problemas internos de Cuba

Paralelamente, Cuba atraviesa su propia tormenta: la escasez de alimentos, la escasez de divisas y la creciente presión de la diáspora han desencadenado protestas sociales y una inflación que supera el 150 % anual. La escasez de combustibles ha provocado apagones frecuentes y la pérdida de ingresos por turismo.

¿Qué implica la dependencia mutua?

La estrecha dependencia entre ambos países los vuelve vulnerables a cualquier revés externo. Un deterioro más profundo de la economía venezolana reduciría los envíos de petróleo, mientras que una mayor crisis cubana limitaría la disponibilidad de médicos y personal técnico que Maduro necesita para mantener los servicios básicos.

Perspectivas a corto plazo

Analistas internacionales advierten que la alianza podría llegar a un punto de ruptura si la situación interna de Cuba empeora o si Estados Unidos intensifica la presión sobre la cadena de suministro de combustible. Por su parte, el gobierno venezolano ha anunciado planes de diversificar sus fuentes de ayuda, aunque sin éxito concreto hasta el momento.