Una agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires fue suspendida tras publicar material erótico en OnlyFans, usar un emoji controvertido en su perfil de Telegram y difundir videos provocativos en TikTok, desatando un intenso debate sobre la ética de los servidores públicos en redes sociales.
Antecedentes
En noviembre de 2025 la agente María Fernanda Gómez (identidad confirmada por los medios locales) empezó a compartir contenido para adultos en la plataforma OnlyFans, donde cobraba suscripciones mensuales. Simultáneamente, su perfil de Telegram mostraba un emoji de “cámara” acompañado de un ícono rojo que aludía al contenido explícito, lo que generó críticas entre la ciudadanía.
La suspensión
El 20/11/2025 la Dirección de Recursos Humanos de la Policía de la Ciudad anunció la suspensión sin goce de sueldo de la agente por violar el Código de Ética y la normativa interna que prohíbe el uso del uniforme para fines personales, así como la difusión de material que pueda afectar la imagen institucional.
Reacción en redes
Los videos publicados en TikTok mostraban a la agente bailando y realizando gestos provocativos mientras llevaba el uniforme completo, incluyendo placa y distintivo. La publicación alcanzó más de 1,2 millones de visualizaciones en menos de 48 horas, encendiendo un debate sobre la libertad de expresión frente a la responsabilidad policial.
Marco legal y institucional
Según la Ley 24.949 de Ética Pública y el Reglamento interno de la Policía de la Ciudad, los funcionarios deben abstenerse de cualquier actividad que comprometa la dignidad del cargo. Asimismo, la normativa de la Plataforma Digital Nacional prohíbe el uso de datos oficiales para promocionar contenidos privados.
Impacto y opiniones
Organizaciones de derechos civiles han señalado que, si bien la agente tiene derecho a una vida privada, el uso del uniforme y la asociación de la institución con contenido para adultos vulneran la confianza pública. Por su parte, la propia agente emitió un comunicado disculpándose y alegando que su actividad era “personal y fuera del horario de trabajo”.
Conclusión
El caso pone en el foco la necesidad de actualizar los protocolos de comportamiento en redes sociales para los servidores públicos, equilibrando la libertad individual con la preservación de la imagen institucional.