En la cumbre del G‑20 celebrada en Johannesburgo del 13 al 15 de noviembre de 2025, Argentina decidió no firmar la declaración final, siguiendo la línea de Washington. El gobierno de Javier Milei justificó su posición por diferencias en temas de seguridad, derechos humanos y política económica, generando un nuevo punto de tensión en la diplomacia multilateral.
Contexto de la cumbre del G‑20 2025
El G‑20 reúne a las principales economías del mundo para coordinar políticas macroeconómicas, financieras y de desarrollo. En 2025, la sede correspondió a Sudáfrica, concretamente a la ciudad de Johannesburgo, donde se llevaron a cabo las reuniones del 13 al 15 de noviembre de 2025. El documento final es una declaración conjunta que resume los acuerdos alcanzados y sirve como guía para acciones internacionales.
Decisión de Argentina
El equipo de Javier Milei optó por no acompañar el texto final del G‑20. En un comunicado oficial, el país explicó que el documento contiene referencias a políticas que no coinciden con la posición argentina, particularmente en áreas como:
- Apoyo a la OCDE y a la agenda de reformas estructurales impulsada por Estados Unidos.
- Enfoques sobre el conflicto en Ucrania que difieren de la postura estadounidense.
- Compromisos climáticos y de derechos humanos que el gobierno califica de “incompatibles con la soberanía nacional”.
Esta postura alineó a Argentina con la de EE.UU., que también criticó ciertos pasajes del documento y presionó a los socios para que se revisaran.
Repercusiones internas y diplomáticas
Dentro del gabinete, el ministro de Relaciones Exteriores, Federico Quirno, tomó medidas polémicas: desautorizó al subsecretario Pinedo y se negó a firmar la declaración en representación del país. La decisión ha sido interpretada como una señal de la “diplomacia presidencial” de Milei, orientada a reforzar la alianza con Washington y a distanciarse de las tradiciones de política exterior argentina.
Reacción de la comunidad internacional
Los demás miembros del G‑20 manifestaron su preocupación por la ausencia de la firma argentina. Mientras algunos subrayaron la importancia de mantener la unidad del foro, otros consideraron que la divergencia refleja la creciente polarización entre bloques liderados por EE.UU. y China.
Implicaciones para la política interna
En el plano interno, la medida ha generado debate entre los sectores conservadores, que la avalan como una reafirmación de la soberanía, y los críticos, que la ven como una pérdida de influencia diplomática. El episodio también ha revitalizado el diálogo sobre la posición de Argentina en organismos multilaterales.