El herpes labial, provocado principalmente por el virus HSV‑1, afecta a cientos de millones de personas en el mundo. Expertos de la salud explican qué factores desencadenan los brotes, cómo reconocer los primeros signos y qué medidas, tanto farmacológicas como de estilo de vida, son clave para reducir su frecuencia y gravedad.
¿Qué es el herpes labial?
El herpes labial es una infección viral causada por el herpes simplex tipo 1 (HSV‑1). El virus se contagia a través del contacto directo con la saliva o con lesiones activas y, una vez adquirido, permanece latente en los nervios faciales, reactivándose bajo ciertas condiciones.
Datos de alcance global
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 67 % de la población mundial está infectada con HSV‑1, aunque la mayoría nunca presenta síntomas visibles.
Principales desencadenantes de los brotes
Los expertos destacan varios factores que pueden volver a activar el virus:
- Exposición solar intensa: los rayos UV debilitan la inmunidad local.
- Estrés físico o emocional: eleva los niveles de cortisol, favoreciendo la reactivación.
- Cambios hormonales, como los que ocurren durante la menstruación o el embarazo.
- Fiebre o enfermedad (por ejemplo, resfriados o gripe).
- Traumatismo local: morderse o rascarse los labios.
- Alimentación rica en arginina (nueces, chocolate) y deficiencia de lisina.
Cómo reconocer los primeros signos
Antes de que aparezca la típica ampolla roja, se suele sentir una zona de hormigueo o picazón, conocida como prodromo. Detectar este síntoma permite iniciar tratamiento precoz y disminuir la duración del brote.
Estrategias para controlar y prevenir los brotes
Los profesionales recomiendan una combinación de medidas farmacológicas y de autocuidado:
- Antivirales sistémicos (aciclovir, valaciclovir o famciclovir) en dosis de supresión diaria para casos recurrentes.
- Crema tópica de aciclovir o pomadas con penciclovir, aplicadas al primer signo prodromo.
- Protección solar en los labios: usar bálsamo con SPF 30 o superior.
- Control del estrés mediante técnicas de respiración, meditación o ejercicio regular.
- Higiene adecuada: evitar compartir utensilios, filtros de agua y no tocar las lesiones.
- Suplementación con lisina y limitar alimentos ricos en arginina, bajo supervisión médica.
Cuándo consultar al especialista
Se recomienda acudir al dermatólogo o médico de familia si los brotes son muy frecuentes (más de 6 al año), si la lesión no cicatriza en 10 días, o si aparecen complicaciones como inflamación ocular. En casos de inmunosupresión, la evaluación médica es imprescindible.
Perspectiva a futuro
La investigación en vacunas contra HSV‑1 avanza, y ensayos clínicos recientes muestran promesas de inmunización preventiva. Mientras tanto, la combinación de terapia antiviral y hábitos saludables sigue siendo la mejor defensa contra el herpes labial.