Veinte años después de la icónica foto junto al presidente Néstor Kirchner, el niño que lo acompañó como ahijado rompe el silencio y revela su difícil situación actual, solicitando apoyo sin buscar lástima.
La foto que marcó una época
En 2005, durante una visita oficial a la ciudad de Rosario, Néstor Kirchner posó junto a un pequeño llamado ahijado presidencial. La imagen, difundida en medios nacionales, se convirtió en símbolo de la cercanía que el mandatario buscaba proyectar con la gente.
Quién es el ahijado y qué ha sucedido
El niño, ahora adulto de 36 años, permanece anónimo en los medios por decisión propia, aunque ha aceptado conceder una entrevista a Infobae. Nació en una familia de escasos recursos en la provincia de Santa Fe y, tras la muerte de Kirchner en 2010, perdió el vínculo institucional que le otorgaba cierta visibilidad.
En la entrevista, el ahijado explicó: “No quiero dar lástima, necesito ayuda”. Señaló que atraviesa una situación de vulnerabilidad: desempleo crónico, problemas de salud no atendidos y falta de acceso a una vivienda digna. Asegura que, pese a sus esfuerzos por encontrar trabajo, la crisis económica nacional ha limitado sus oportunidades.
Contexto de la figura del ahijado presidencial
En la cultura política argentina, la figura del ahijado de un presidente suele ser simbólica. Representa la idea de que el mandatario “adopta” a todo el país como su familia. Sin embargo, la experiencia del ahijado de Kirchner muestra cómo esa simbología no siempre se traduce en apoyo concreto a largo plazo.
La petición de apoyo
El entrevistado solicitó un llamado a la sociedad y a las instituciones para que se creen programas de inclusión que ayuden a personas en situaciones similares. Propuso la creación de una red de acompañamiento social para ex‑ahijados de figuras públicas que, como él, pueden quedar desamparados después del ejercicio del cargo.
Repercusiones y reacciones
La publicación ha generado debate en redes sociales y medios, con opiniones que van desde la solidaridad hasta críticas sobre la utilización de la figura del ex‑presidente para obtener visibilidad. Varios políticos y ONG se han pronunciado en apoyo del llamado a reforzar las políticas de asistencia social.