Tres días después de que los ciudadanos guineanos‑bisauenos eligieran a su nuevo presidente, las fuerzas armadas tomaron las riendas del país, citando supuestas irregularidades electorales y anunciando la creación de un gobierno de transición.
Contexto electoral
El 23 de noviembre de 2025 se celebraron en Guinea‑Bissau elecciones presidenciales que concluyeron con la victoria de Domingos Simões Pereira, candidato del Partido Africano para la Independencia de Guinea‑Bissau (PAIGC). La jornada electoral fue considerada por observadores internacionales como mayormente libre, aunque algunos informes señalaron retrasos en la transmisión de resultados.
El golpe
El 26 de noviembre de 2025, unidades del ejército, bajo el mando del general Antonio Sebastião, ingresaron al Palacio Presidencial de Bissau y bloquearon accesos estratégicos. En un comunicado difundido por la radio estatal, los militares declararon haber tomado el “control total” del país y anunciaron la suspensión de la Constitución mientras se forma un Consejo de Transición.
Denuncia del presidente electo
Domingos Simões Pereira, atrapado dentro del palacio, informó vía mensaje a la prensa que estaba “detenido por los militares” y denunció el golpe como un intento de anular la voluntad popular. Sus palabras fueron transmitidas por la agencia nacional de noticias, que también citó su llamado a la comunidad internacional a ejercer presión para la restitución del orden democrático.
Reacciones internacionales
La Unión Africana, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Europea condenaron enérgicamente la acción militar y anunciaron la posibilidad de sanciones y el despliegue de una misión de observación. Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, declaró su “preocupación profunda” y solicitó una solución pacífica.
Antecedentes de inestabilidad
Guinea‑Bissau ha experimentado varios golpes de Estado desde su independencia en 1974, con episodios en 2003, 2012 y 2021, todos vinculados a tensiones entre las fuerzas armadas y la política civil. La fragilidad institucional y la dependencia de la ayuda externa han alimentado un clima de incertidumbre que se reflejó nuevamente en este último intento de ruptura.
Posibles escenarios
Los analistas advierten que el país podría entrar en un periodo de transición prolongada, con riesgos de conflictos internos y deterioro económico. Sin embargo, la presión internacional y la movilización de la sociedad civil podrían impulsar negociaciones para el retorno a la democracia y la celebración de nuevas elecciones.
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