A partir de enero 2026 el Gobierno argentino implementará un nuevo esquema de subsidios para la energía eléctrica, el gas natural y los cilindros de gas, eliminando apoyos a millones de usuarios y provocando un alza notable en las tarifas. La medida forma parte de la estrategia fiscal para reducir el déficit y cumplir con compromisos internacionales.
Nuevo marco de subsidios energéticos
El presidente Alberto Fernández anunció que, con vigencia desde el 1 de enero de 2026, se aplicará un nuevo esquema de subsidios que modificará radicalmente la forma en que se financian los servicios de electricidad, gas natural y gas en garrafas. El objetivo declar es del Ejecutivo es reducir el gasto fiscal y alinearse con los requisitos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la estabilización macroeconómica.
¿Qué cambiará?
Según la normativa publicada, los subsidios tradicionales que cubrían parte del costo de la energía para los hogares serán sustituidos por un mecanismo tarifario basado en la capacidad de pago y el consumo promedio. En la práctica, esto significa que aproximadamente 7 millones de familias perderán los subsidios actuales, lo que se traducirá en aumentos de precios tanto para la luz como para el gas.
Impacto en la factura de los usuarios
El Gobierno no ha detallado de forma puntual los nuevos valores de la tarifa, pero diversas fuentes estiman que los incrementos podrían superar el 20 % para la electricidad y el 15 % para el gas natural. En el caso de los cilindros de gas, se espera una alza similar, ya que el subsidio que cubría parte del peso por kilogramo será eliminado.
¿Por qué el cambio?
Argentina lleva varios años enfrentando un déficit fiscal estructural superior al 5 % del PIB. La reducción de subsidios energéticos es una de las piezas clave del plan de ajuste elaborado en conjunto con el FMI, cuyo objetivo es restaurar la sostenibilidad de la deuda pública y crear espacio fiscal para inversiones productivas.
Reacciones y perspectivas
Los sindicatos de trabajadores de la energía y organizaciones de defensa del consumidor han manifestado su preocupación por el impacto social de la medida, advirtiendo que los aumentos podrían profundizar la vulnerabilidad de los hogares de bajos ingresos. Por su parte, analistas económicos consideran que, aunque dolorosa, la medida es necesaria para evitar desequilibrios macroeconómicos mayores.
Qué pueden hacer los usuarios
Se recomienda a los usuarios revisar sus consumos, adoptar hábitos de ahorro energético y, en la medida de lo posible, acceder a programas de asistencia social que el Estado mantendrá para los sectores más vulnerables.