Científicos de la NASA y la ESA anunciaron que el cometa interplanetario 3I/ATLAS presenta erupciones de vapor de agua y hielo, similares a los llamados volcanes de hielo. El hallazgo abre un nuevo capítulo en el estudio de los cuerpos intergalácticos y refuerza la vigilancia planetaria.
Descubrimiento inesperado
Los equipos de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) publicaron, el 30 de noviembre de 2025, la detección de chorros de vapor de agua congelada que emergen de la superficie del cometa 3I/ATLAS. Las observaciones, realizadas con el telescopio espacial James Webb y el radiotelescopio ALMA, revelaron ráfagas de hielo que se expulsan a velocidades de varios cientos de metros por segundo, un fenómeno que los investigadores comparan con los “volcanes de hielo” observados en lunas como Encélado y Tritón.
¿Qué son los volcanes de hielo?
Los volcanes de hielo, o criovolcanes, son estructuras geológicas que expulsan materiales volátiles –principalmente agua, metano o amoníaco– en forma de vapor o nieve, sin llegar a fundir rocas. En cuerpos cubiertos de hielo, la presión generada por procesos internos (calor residual, fricción tidal o desgasificación) puede romper la corteza y lanzar jets al espacio. En el caso de 3I/ATLAS, la hipótesis más aceptada es que la exposición al Sol durante su paso cercano al interior del sistema solar calentó capas sub‑superficiales de agua congelada, provocando su expulsión súbita.
Implicaciones para la ciencia
Este hallazgo es histórico porque 3I/ATLAS es el primer cometa interplanetario (de origen fuera del Sistema Solar) en el que se ha identificado actividad criovolcánica. Hasta ahora, los criovolcanes se habían documentado únicamente en lunas de planetas gigantes. La presencia de este fenómeno en un objeto interestelar sugiere que procesos internos similares pueden desarrollarse en otros sistemas planetarios, ampliando nuestro entendimiento de la química del hielo y de los posibles hábitats para vida microbiana.
Seguimiento y protocolos de defensa
Aunque la actividad del cometa ha despertado gran interés, los cálculos orbitales actuales indican que 3I/ATLAS no representa una amenaza de impacto próximo con la Tierra. No obstante, la NASA activó su protocolo de defensa global para monitorizar cualquier cambio en la trayectoria del cuerpo, una medida preventiva que refuerza la capacidad de detección temprana ante objetos potencialmente peligrosos.
Próximas observaciones
Se planifican nuevas campañas de seguimiento con el telescopio espacial James Webb, el radiotelescopio ALMA y observatorios terrestres de gran apertura. Los científicos esperan obtener espectros detallados que confirmen la composición exacta de los jets y revelen la estructura interna del cometa, lo que podría proporcionar pistas sobre la formación de sistemas planetarios más allá de nuestro propio vecindario cósmico.