Un fragmento de zirconio hallado en la zona de Jack Hills, Australia Occidental, tiene una edad estimada de 4.600 millones de años, la más antigua conocida en la Tierra. Su dureza extrema lo hizo imposible de cortar con herramientas convencionales, mientras que su composición química contiene información única sobre los primeros momentos del planeta.
Un tesoro mineral de la prehistoria terrestre
Un equipo de geólogos descubrió una pequeña pieza de zirconio en la región de Jack Hills, en la costa oeste de Australia. Gracias a la técnica de datación por uranio‑plomo, el cristal fue fechado en 4.600 millones de años, lo que lo convierte en el mineral más antiguo conocido que se conserva en la superficie.
¿Por qué el zirconio es tan especial?
El zirconio (ZrSiO4) es uno de los minerales más duros y resistentes a la erosión. Su estructura cristalina permite que sobreviva a procesos geológicos que destruyen otros materiales, preservando así trazas químicas de la época en que la Tierra era un hervidero de magma y vapor. Los científicos analizan los isótopos de torio y uranio contenidos en el zirconio para reconstruir la composición de la atmósfera primitiva y la temperatura de la superficie.
Una piedra que desafió a la tecnología
Durante los intentos de extraer una muestra para estudio, los investigadores probaron con taladros, sierras y láseres, pero ninguno logró cortar o romper el cristal. Su dureza supera los 7,5 en la escala de Mohs, lo que lo coloca entre los minerales más resistentes, sólo superado por el diamante y el corindón.
Impulsos para la ciencia planetaria
El hallazgo aporta datos críticos sobre los procesos que dieron origen al manto y la corteza terrestre. Cada zirconio de esta edad actúa como una cápsula del tiempo, conservando información sobre la cantidad de agua en los océanos primitivos y la presencia de elementos volátiles que pudieron influir en la aparición de la vida.
Contexto y relevancia
Jack Hills es famoso por albergar los cristales de zirconio más antiguos del planeta; sin embargo, este fragmento destaca por su tamaño (aproximadamente 2 cm) y por haber resistido a todas las herramientas de corte disponibles. Su estudio continuará durante los próximos meses, y los resultados se publicarán en una revista de geocronología a principios de 2026.
Este descubrimiento recuerda que la Tierra guarda, bajo capas de rocas y minerales, relatos que aún están por ser leídos, y que la paciencia de la ciencia puede revelar capítulos de nuestra historia que se creían perdidos.