Investigaciones recientes sugieren que la vacuna recombinante contra el herpes zóster, Shingrix, no solo protege contra la culebrilla, sino que también podría disminuir aproximadamente un 30% la probabilidad de desarrollar demencias, como el Alzheimer, en personas mayores de 60 años.
Contexto: herpes zóster y demencia
El herpes zóster, también conocido como culebrilla, es la reactivación del virus varicela‑zóster que causa la varicela en la infancia. En adultos mayores el brote puede producir neuritis y una inflamación prolongada del sistema nervioso central.
La demencia es un síndrome que implica deterioro cognitivo progresivo, siendo el Alzheimer la forma más frecuente. Cada año, la inflamación cerebral y la acumulación de proteínas anómalas están vinculadas a su aparición.
¿Qué muestra la evidencia?
Varios estudios observacionales publicados en los últimos años han analizado grandes cohortes de adultos mayores que recibieron la vacuna Shingrix (recombinante, indicada a partir de los 50 años). Los resultados convergen en que los vacunados presentaron una incidencia de demencia significativamente menor que los no vacunados.
- Una investigación multidisciplinaria que siguió a miles de personas durante más de cinco años encontró una reducción de alrededor del 30 % en la aparición de demencia entre los que recibieron la vacuna.
- Otro estudio realizado en hospitales europeos observó que la progresión de síntomas cognitivos en pacientes ya diagnosticados con Alzheimer se ralentizó notablemente tras la vacunación.
¿Por qué podría funcionar?
La hipótesis principal es que la respuesta inmunológica inducida por la vacuna disminuye la inflamación crónica y evita la reactivación del virus varicela‑zóster en el sistema nervioso. Al contener menos procesos inflamatorios, se protege la integridad de las neuronas y se reduce el riesgo de acumulación de proteínas tóxicas.
Implicancias para la salud pública
Si bien se requieren ensayos clínicos controlados para confirmar la causalidad, los hallazgos actuales impulsan a los profesionales de la salud a considerar la vacunación contra el herpes zóster como una medida preventiva no solo contra la culebrilla, sino también como una posible estrategia para frenar la carga de demencias en la población envejecida.
Se recomienda a las personas mayores de 60 años consultar a su médico sobre la vacuna Shingrix, especialmente si presentan factores de riesgo para la demencia o antecedentes de herpes zóster.