El Gobierno anunció el 2 de diciembre de 2025 un aumento de 6.000 pesos al Salario Mínimo Vital y Móvil, vigente por los próximos diez meses, y modificó los criterios de la prestación por desempleo. La medida generó críticas de la CGT por considerarla insuficiente frente a una inflación acelerada.
Nuevo salario mínimo vital y móvil
El 2 de diciembre de 2025 el Poder Ejecutivo fijó el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) en 99.000 pesos, lo que representa un incremento de 6.000 pesos sobre la referencia anterior. El ajuste será válido por los próximos diez meses, hasta noviembre de 2026, y se aplicará a los trabajadores con convenio colectivo y a los monotributistas que perciban ingresos inferiores al límite establecido.
Reacción de la CGT
La Central de Trabajadores (CGT) rechazó de plano la nueva cifra, calificándola de “insuficiente y desconectada de la realidad”. Según la CGT, el aumento no compensa la pérdida de poder adquisitivo que ha registrado la economía en los últimos meses, con una inflación acumulada que supera el 85% en el último año.
Cambios en la prestación por desempleo
Paralelamente al ajuste salarial, el gobierno modificó los parámetros de la prestación por desempleo. La ayuda pasará a ser de 33.000 pesos mensuales para los beneficiarios que cumplan con los nuevos requisitos de tiempo de trabajo y cotización, y se amplía la cobertura a trabajadores temporales que antes quedaban excluidos.
Impacto frente a la inflación
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la inflación acumulada de los últimos doce meses alcanzó el 86 %. Con el incremento de 6.000 pesos, el salario mínimo gana aproximadamente un 6,5 % real, mientras que la nueva prestación por desempleo cubre una mayor parte de la canasta básica, pero sigue por debajo del índice inflacionario.
Qué significa para los hogares
Para millones de argentinos que dependen del SMVM y la ayuda por desempleo, el ajuste representa una mejora puntual del ingreso disponible. Sin embargo, los analistas advierten que la medida será insuficiente si la inflación sigue superando el ritmo de los aumentos salariales, lo que podría mantener la presión sobre la demanda y el consumo interno.