Diversos ensayos clínicos publicados en 2024 y 2025 confirman que la suplementación con magnesio reduce la frecuencia e intensidad de los episodios de migraña. Expertos en neurología señalan que este mineral, accesible y bien tolerado, podría convertirse en un aliado inesperado para millones de pacientes que buscan alternativas no farmacológicas.
¿Por qué el magnesio?
El magnesio es un mineral esencial presente en más de 300 enzimas del organismo. Entre sus funciones destaca la regulación de la transmisión nerviosa y la contracción muscular, procesos directamente implicados en la fisiopatología de la migraña. Cuando los niveles de magnesio son insuficientes, se favorece la excitabilidad neuronal y la liberación de neurotransmisores que desencadenan el dolor.
Resultados de los estudios recientes
- Ensayo doble ciego, 2024, 200 pacientes con migraña crónica. Los participantes que recibieron 500 mg de magnesio óxido al día durante 12 semanas reportaron una disminución del 38% en la cantidad de ataques mensuales frente a un 12% del grupo placebo.
- Metaanálisis de 2025, 15 estudios, más de 3 000 pacientes. La suplementación con magnesio (entre 400 y 600 mg diarios) mostró una reducción promedio del 30% al 45% en la intensidad del dolor medido en escala visual analógica.
¿Quiénes pueden beneficiarse?
Los investigadores recomiendan la suplementación a adultos que sufran de migraña episódica o crónica, siempre bajo supervisión médica. No se observan efectos adversos graves; los síntomas más comunes son leves trastornos gastrointestinales que suelen resolverse al tomar la dosis con alimentos.
Recomendaciones prácticas
• Consultar al médico antes de iniciar cualquier suplemento.
• Optar por preparaciones de magnesio óxido, citrato o glicinato que garanticen una absorción adecuada.
• Mantener una ingesta constante, preferiblemente con la cena, para maximizar la absorción durante la noche.
Perspectivas futuras
Los científicos continúan investigando la combinación de magnesio con otras terapias complementarias, como la riboflavina y la coenzima Q10, para potencializar el efecto preventivo. La evidencia actual, sin embargo, posiciona al magnesio como una estrategia segura y económica en el manejo de la migraña.