Los científicos confirman que un día en Marte (un sol) dura 24 h 39 m 35 s, 39 minutos más que en la Tierra, y que el año marciano equivale a 687 días terrestres. Estas diferencias obligan a replantear la sincronización de los relojes de las misiones y la precisión de la navegación interplanetaria, especialmente con los próximos lanzamientos del programa Mars Sample Return.
¿Cuánto dura realmente un día en Marte?
Un sol marciano —la unidad de tiempo utilizada en la superficie del planeta rojo— tiene una duración de 24 h 39 m 35,244 s. Es decir, el día marciano es 39 minutos y 35 segundos más largo que el día terrestre de 24 h.
El año marciano y sus implicaciones
Mientras que la Tierra completa una órbita alrededor del Sol en 365,25 días, Marte lo hace en 687 días terrestres (aproximadamente 1,88 años terrestres). Esta diferencia afecta tanto la planificación de misiones como los ventanas de comunicación con la Tierra.
Desafíos para la navegación espacial
Los sistemas de guía y control de las naves que operan en Marte deben convertir constantemente el tiempo terrestre a tiempo marciano para calcular trayectorias, sincronizar transmisiones y ejecutar maniobras. Un error de tan solo un minuto puede traducirse en cientos de metros de desviación en la superficie, dada la alta velocidad de los rovers y sondas.
Además, la relatividad especial indica que, aunque la diferencia sea mínima, la velocidad relativa entre la Tierra y Marte produce pequeños ajustes en los relojes a bordo, los que deben corregirse mediante algoritmos de time‑of‑flight (tiempo de vuelo).
Aplicaciones prácticas y misiones futuras
El rover Perseverance, que opera desde 2021, ya lleva un reloj interno sincronizado con Mars Time Coordinated (MTC). La próxima misión Mars Sample Return, prevista para 2028, dependerá de una coordinación temporal aún más precisa para la captura, el despegue de la muestra y su retorno a la Tierra.
Los ingenieros de la NASA y la ESA están desarrollando software de gestión de tiempo multi‑planeta que permitirá actualizar automáticamente los relojes a bordo mediante enlaces de telemetría, reduciendo la carga operativa y el riesgo de errores.
Conclusión
Entender que el tiempo “viaja” más rápido en Marte que en la Tierra no es una cuestión de física exótica, sino una cuestión práctica de ingeniería. Cada minuto extra en un sol marciano implica una planificación meticulosa para garantizar que los futuros astronautas y robots lleguen a su destino con la precisión necesaria para explorar y, finalmente, colonizar el planeta rojo.