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Descubren cómo el entrenamiento de fuerza potencia funciones cerebrales

Un destacado especialista en neurociencia reveló los sorprendentes beneficios que el entrenamiento de fuerza tiene sobre el cerebro, desde mejorar la memoria y la atención hasta estimular la neuroplasticidad. La información, basada en estudios recientes, muestra que levantar pesas no solo transforma el cuerpo, sino también la mente, ofreciendo una herramienta valiosa para la salud cognitiva a lo largo de la vida.

El entrenamiento de fuerza y su vínculo con el cerebro

En una entrevista concedida a La Nación, un reconocido neurocientífico explicó que el entrenamiento de fuerza desencadena una serie de respuestas biológicas que favorecen la salud cerebral. Aunque tradicionalmente se ha asociado con la mejora muscular y el rendimiento deportivo, la evidencia científica actual muestra efectos menos conocidos pero igualmente importantes en la función cognitiva.

¿Qué es el entrenamiento de fuerza?

Se trata de una modalidad de ejercicio que consiste en vencer la resistencia mediante el uso de pesas, máquinas o el propio peso corporal. Sus principales objetivos son aumentar la fuerza muscular, la masa magra y la densidad ósea, pero también estimula procesos metabólicos que repercuten en el sistema nervioso.

Efectos cerebrales confirmados por la investigación

  • Neuroplasticidad: la actividad de resistencia eleva los niveles de BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), una proteína esencial para la creación y fortalecimiento de sinapsis neuronales.
  • Mejora de la memoria y la atención: estudios controlados han demostrado que personas que realizan entrenamientos de fuerza al menos dos veces por semana obtienen puntuaciones superiores en pruebas de memoria operativa y velocidad de procesamiento.
  • Reducción del riesgo de demencia: la combinación de ejercicio anaeróbico y aeróbico se asocia con una disminución del deterioro cognitivo en adultos mayores, según meta‑análisis publicados en revistas revisadas por pares.
  • Salud mental: el entrenamiento de fuerza contribuye a la regulación del cortisol y promueve la liberación de endorfinas, lo que ayuda a aliviar síntomas de ansiedad y depresión.

Recomendaciones prácticas del especialista

El experto sugiere incorporar sesiones de fuerza de 30 a 45 minutos, enfocándose en los grandes grupos musculares (piernas, espalda, pecho y core). Se aconseja iniciar con cargas moderadas y progresar gradualmente para evitar lesiones y maximizar los beneficios neurológicos. Además, combinar el entrenamiento de fuerza con ejercicios aeróbicos y una dieta rica en omega‑3 potencia los efectos positivos en el cerebro.

Conclusión

Más allá de la estética o el rendimiento deportivo, el entrenamiento de fuerza emerge como una herramienta poderosa para preservar y mejorar la función cognitiva. Incorporar rutinas de resistencia en la vida cotidiana puede ser una estrategia accesible y eficaz para promover la salud cerebral a corto y largo plazo.