Expertos en neurología alertan que cinco conductas cotidianas aumentan el riesgo de demencia. Conoce cuáles son, por qué dañan la salud cerebral y cómo pequeños cambios pueden preservar tu memoria a futuro.
¿Por qué es crucial cuidar el cerebro?
La demencia es un síndrome neurodegenerativo que afecta la memoria, el pensamiento y la conducta, y su prevalencia aumenta con la edad. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 55 millones de personas viven con demencia en el mundo, y se espera que esa cifra se triplique para 2050. Los neurólogos destacan que, además de la genética, el estilo de vida es determinante para retrasar o prevenir su aparición.
Los cinco hábitos que debes evitar
- Fumar: El tabaco reduce el flujo sanguíneo cerebral y favorece la acumulación de placas beta‑amiloide, uno de los marcadores de la enfermedad de Alzheimer.
- Consumo excesivo de alcohol: Beber más de dos unidades estándar diarias produce inflamación neuronal y daño en los hipocampos, regiones clave para la memoria.
- Vida sedentaria: La falta de actividad física disminuye la neuroplasticidad y la producción de factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), esencial para la salud de las neuronas.
- Privación o mala calidad del sueño: Dormir menos de siete horas o interrumpir el sueño profundo impide la limpieza de desechos tóxicos del cerebro, proceso que ocurre principalmente durante el sueño REM.
- Estrés crónico: El cortisol elevado de forma sostenida daña la materia gris y favorece la pérdida de neuronas en áreas relacionadas con la memoria y la toma de decisiones.
Cómo reemplazar esos hábitos
Adoptar una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, pescado y aceite de oliva, realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana, mantener una rutina de sueño regular y practicar técnicas de relajación (meditación, respiración profunda) son estrategias respaldadas por la evidencia científica para proteger el cerebro.
¿Qué significa demencia?
La demencia engloba un conjunto de trastornos cognitivos que provocan deterioro significativo en la vida diaria. No es una parte inevitable del envejecimiento; la acción preventiva basada en el estilo de vida puede reducir hasta un 35 % el riesgo, según estudios longitudinales publicados en revistas como The Lancet Neurology.
Conclusión
Renunciar a estos cinco hábitos no solo mejora la salud general, sino que también constituye una inversión a largo plazo en la calidad de vida mental. Cada pequeña decisión diaria cuenta para mantener un cerebro activo y resistente frente a la demencia.