Un equipo internacional de científicos ha revelado el mecanismo inmunológico que impide una pérdida excesiva de tejido adiposo. La investigación muestra que células del sistema inmune regulan la energía almacenada, ofreciendo nuevas perspectivas para trastornos metabólicos y estrategias de control de peso.
El hallazgo científico
Según una publicación reciente en una revista de alto impacto, investigadores de varios países identificaron que ciertas células del sistema inmunológico actúan como guardias que frenan la degradación excesiva de la grasa corporal. Este descubrimiento apunta a un equilibrio crítico entre la inflamación y el metabolismo energético.
¿Cómo funciona?
Las células inmunitarias, en particular un subgrupo de macrófagos y linfocitos tipo 2, se alojan en el tejido adiposo y liberan señales químicas que modulan la actividad de las adipocitos (células grasas). Estas señales inhiben la activación de enzimas responsables de la lipólisis, el proceso que descompone la grasa para obtener energía.
Implicaciones para la salud
Comprender este eje inmune‑metabólico abre nuevas vías para tratar afecciones como la obesidad, la caquexia (pérdida de masa corporal asociada a enfermedades graves) y la diabetes tipo 2. Al modular la actividad de estas células, podría ser posible diseñar terapias que mantengan un nivel saludable de grasa sin provocar déficits energéticos.
Contexto científico
Durante años, la investigación se centró en la relación entre inflamación crónica y aumento de peso. Este estudio invierte la perspectiva, mostrando que el sistema inmunológico también protege contra la pérdida descontrolada de grasa, reafirmando la complejidad del metabolismo humano.
Próximos pasos
Los autores del trabajo planean profundizar en los mecanismos moleculares y evaluar posibles fármacos que puedan activar o inhibir estas rutas inmunológicas. Los ensayos clínicos preliminares podrían comenzar en los próximos dos años.
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