Una compleja trama de fraude bancario que utilizó la capacidad crediticia de tres compañías provocó pérdidas de $1,6 billones en Argentina. Bancos, agroproductores y entidades financieras fueron engañados mediante documentos falsos y criptomonedas, desatando una investigación liderada por la División de Fiscalía Económica (DFI).
¿En qué consistió la estafa?
Según la investigación de la División de Fiscalía Económica (DFI) de la PFA, un grupo delictivo creó una red de documentación falsa para simular que tres empresas familiares contaban con una capacidad crediticia de cientos de millones de pesos. Con esa apariencia, los imputados solicitaron préstamos a varios bancos, logrando compromisos de crédito por un total de $1,6 billones.
Cómo se explotó la capacidad crediticia
Las empresas involucradas, todas del sector agropecuario del interior bonaerense, presentaron estados financieros adulterados y avales ficticios. Los bancos, confiando en la documentación y en los históricos de pago de las compañías, liberaron los fondos, que fueron rápidamente desviados a cuentas vinculadas a criptomonedas y a inversiones fantasma.
Impacto en el sector agropecuario y financiero
El fraude afectó a más de 30 entidades financieras y provocó pérdidas que impactaron la disponibilidad de crédito para verdaderas productoras del campo. Las empresas agrarias que estaban bajo investigación sufren ahora una caída del 30 % en su capacidad de negociación con proveedores.
Desarticulación de la organización criminal
Operativos conjuntos entre la DFI, la Fiscalía Federal y la Policía de Investigaciones (PI) permitieron la captura de los principales responsables y el decomiso de USD 12 millones en criptomonedas. Se incautaron también servidores con bases de datos falsificadas y se confiscaron documentos que simulaban garantías reales.
Repercusiones legales y medidas de prevención
Los imputados enfrentan cargos por “estafa agravada”, “fraude bancario” y “lavado de dinero”. Además, el Banco Central emitió una alerta a todas las instituciones financieras para reforzar los protocolos de verificación crediticia, especialmente en operaciones vinculadas a sectores de alta volatilidad como el agro y la cripto‑economía.
¿Qué pueden hacer los bancos y empresarios?
Se recomienda adoptar sistemas de conocimiento del cliente (KYC) más rigurosos, implementar análisis de inteligencia artificial para detectar incongruencias en los estados financieros y realizar auditorías externas periódicas. Estas medidas buscan evitar que futuras estafas de esta magnitud vuelvan a ocurrir.