El Ejecutivo presentó en diciembre de 2025 un proyecto de reforma de la Ley de Glaciares que busca consolidar la seguridad jurídica, reforzar el federalismo y garantizar un uso sostenible de los recursos naturales, mientras responde a críticas de sectores ambientales y mineros.
Objetivos centrales de la reforma
El Gobierno argumenta que la actual Ley de Glaciares, aprobada en 1997, necesita una actualización que incorpore tres pilares fundamentales:
- Seguridad jurídica: establecer criterios claros sobre derechos de explotación y protección, evitando incertidumbres que puedan frenar inversiones o generar conflictos.
- Federalismo: reconocer la competencia de provincias y municipios en la gestión de los recursos glaciares, promoviendo una coordinación más equilibrada entre el Estado nacional y las jurisdicciones locales.
- Uso racional de recursos: definir normas que permitan actividades económicas, como la minería, bajo estrictas condiciones de evaluación ambiental y sustentabilidad.
Proceso legislativo y fechas clave
El paquete de reformas fue remitido al Congreso a principios de diciembre de 2025 para su discusión en la Comisión de Obras Públicas y el Comité de Medio Ambiente. Según informó la Oficina de Comunicación del Ejecutivo, la iniciativa será evaluada en ambas cámaras durante las próximas semanas, con la expectativa de aprobarse antes de finalizar el año.
Reacciones de la comunidad científica y ambiental
Expertos como el geólogo de la Universidad de Buenos Aires, Dr. Nicolás García, alertan que cualquier flexibilización de la normativa debe acompañarse de estudios de impacto ambiental rigurosos. La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) advierte que una “motosierra a los glaciares” podría desencadenar daños irreversibles en los ecosistemas periglaciales.
Posición del sector minero
Empresas del sector argumentan que la reforma facilitará la planificación de proyectos de extracción, siempre que se respeten los límites de uso sostenible. Sin embargo, la comunidad ambiental sostiene que la prioridad debe ser la conservación de los glaciares, clave para el abastecimiento hídrico y la regulación climática del país.
Contexto político
El presidente Javier Milei, en declaraciones recogidas por La Nación, calificó la ley actual de “obstáculo para el desarrollo”. La reforma, por tanto, se inscribe dentro de una agenda más amplia de desregulación y promoción de la actividad productiva, aunque genera un intenso debate entre defensores del medio ambiente y sectores productivos.
La discusión sobre la Ley de Glaciares se convierte así en un punto de encuentro entre la necesidad de crecimiento económico, la gestión responsable del patrimonio natural y la arquitectura federal del país.