Un estudio reciente revela que iniciar la práctica musical tras los sesenta años fortalece la actividad cerebral y retrasa el deterioro cognitivo, ofreciendo a los adultos mayores una herramienta eficaz para mantener su mente ágil y saludable.
El estudio y sus hallazgos
Investigadores de una universidad canadiense realizaron un ensayo con adultos mayores que comenzaron a aprender un instrumento musical después de cumplir los 60 años. Los participantes mostraron mejoras significativas en tareas de memoria, atención y velocidad de procesamiento, comparado con un grupo de control que no recibió entrenamiento musical.
¿Qué es la neuroplasticidad?
La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales ante estímulos nuevos, como aprender a tocar un instrumento. Este fenómeno es fundamental para la recuperación de funciones cognitivas y se mantiene activo durante toda la vida, aunque su ritmo disminuye con la edad.
Beneficios específicos para la tercera edad
- Mejora de la memoria: el aprendizaje musical requiere la retención de notas, ritmos y secuencias, lo que ejercita la memoria a corto y largo plazo.
- Incremento de la atención sostenida: tocar un instrumento obliga a focalizarse en varios parámetros simultáneamente.
- Reducción del riesgo de demencia: una mayor actividad cerebral se asocia a una menor probabilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
- Bienestar emocional: la música favorece la liberación de dopamina y serotonina, mejorando el estado de ánimo.
Implicaciones prácticas
Los resultados sugieren que centros comunitarios, residencias de adultos mayores y programas de salud pueden incorporar clases de música como una estrategia preventiva contra el deterioro cognitivo. No se requiere experiencia previa; basta con iniciar con lecciones adaptadas al nivel del estudiante.
Fuente
El artículo original se publicó en Infobae.